La situación podría complicarse debido a que la bajante del río impide la llegada de barcazas con combustible, lo que podría retrasar la llegada del mismo vía camiones.
El presidente de la APA, Francisco Zisuela, explicó que “el Puerto Barranqueras tiene ahora 1,70 metros, uno de los registros más bajos de la historia, y para que ingresen las barcazas se necesita al menos un nivel de 2,50 metros”.
“Ni con el dragado permanente del riacho Barranqueras las barcazas que transportan combustible pueden ingresar al cauce, ni siquiera con la mitad de su capacidad para llegar a los muelles que las empresas petroleras YPF y Shell tienen en Puerto Vilelas”, precisó.
El nivel del río Paraná obligó así a las empresas petroleras a transportar los combustibles en camiones, apuntó Zisuela, quien advirtió que puede haber “faltantes ocasionales” y que en el interior de la provincia la falta de diésel se debería “al congelamiento de precios”.
La bajante se repite en todos los ríos de la región: Paraná, Iguazú Paraguay, Pilcomayo y Bermejo, debido a la falta de lluvias que organismos de estudios meteorológicos prevén “podrían ocurrir cerca de fin de mes o en noviembre”.
Esta situación también genera problemas en las tomas de agua cruda para potabilizar, aunque “hasta ahora el abastecimiento no está en riesgo”, aseguraron las autoridades, que pidieron a la comunidad “compromiso en el uso del agua potable”.
