Tras la orden del toque de queda, el presidente de Ecuador buscará el diálogo con los protestantes

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La reunión se producirá este domingo a las tres de la tarde, 24 horas después de que el presidente decretara la militarización de Quito.

La noticia llegó en el peor momento de las protestas, en una Quito paralizada y en medio de violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), que lleva 10 días encabezando las movilizaciones contra los ajustes del Gobierno, se abrió el sábado a dialogar con el presidente, Lenín Moreno, aunque advirtió de que seguirá en la calle hasta alcanzar un acuerdo. Su propósito, reza un comunicado de la organización, es «evitar un baño de sangre» y «reorientar la política económica del país». Este domingo se mantendrá la primera reunión, informaron Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal, que se ofrecieron a mediar entre las partes.

El encuentro se producirá a las tres de la tarde, 24 horas después de que el mandatario tomara una decisión drástica y decretara el toque de queda y la militarización de la ciudad para, manifestó, facilitar «la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia». Hoy la capital ha sido escenario de escenas de caos que se contuvieron, pero no cesaron a pesar de esa medida. Moreno compareció por la noche para culpar de lo sucedido a «fuerzas oscuras vinculadas a la delincuencia política organizada y dirigidas por [Rafael] Correa y [Nicolás] Maduro en complicidad con el narcoterrorismo, con pandillas y con ciudadanos extranjeros violentos». «Hoy quemaron el edificio de la Contraloría para destruir las pruebas de la corrupción del Gobierno anterior», mantuvo. Agregó que el Ejecutivo no levantará el toque de queda «hasta próximo aviso» y revisará el decreto 883 adoptado la semana pasada «para estudiar sus efectos». La fórmula sugiere que no derogará su medida más polémica, esto es, el alza del precio de la gasolina. A cambio, el presidente propuso un bono de 20 dólares mensuales que pagarán las empresas privadas a sus empleados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El País