La ministra de Comunicación de Bolivia, Roxana Lizárraga, amenazó a la prensa boliviana e internacional con acusarla de sedición «si no cumplen con su trabajo» y poco después trabajadores de prensa de los canales argentinos TN, Crónica TV y Telefé fueron perseguidos por las calles de La Paz por manifestantes que apoyan al gobierno interino.
Amenazas y agresiones a periodistas y profesionales de la comunicación, ataques contra instalaciones de radios, canales de televisión y diarios son algunos de los actos de intimidación y censura que están ocurriendo desde el inicio de las protestas sociales que comenzaron luego de las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre.
«La prensa tiene todas las garantías para trabajar y aquellos periodistas o pseudoperiodistas que estén haciendo sedición se va a actuar conforme a la ley, porque lo que hacen algunos periodistas, bolivianos o extranjeros, es causar sedición en nuestro país y por eso responderemos con la ley boliviana», afirmó Lizárraga en una improvisada conferencia de prensa.
«Si el Movimiento al Socialismo (MAS) no respetó su Constitución política durante todos estos años desde que aprobó la Constitución, nosotros lo vamos a hacer», añadió.
Al ser consultada sobre si las autoridades del gobierno de la autoproclamada presidenta interina Jeanine Áñez tienen identificados a los supuestos trabajadores de prensa que habrían causado «sedición», respondió que «ya se tiene identificados a quiénes serían los periodistas» y adelantó que «el ministro de gobierno va a tomar las medidas necesarias».
Poco antes de la declaración de la ministra, el camarógrafo de Telefé Lucio Gómez, que ayer fue agredido mientras realizaba su cobertura, anunció hoy en un video publicado en Twitter que el canal evacuaría a su equipo en las próximas horas de la capital boliviana tras haber sido acusado de sedición por el actual gobierno boliviano.
También ayer fueron agredidos en las calles de La Paz el periodista Rolando Graña y el productor Jerónimo Loguzzo, de América TV.
Los tres trabajadores de prensa fueron victimas de una campaña en su contra en las redes sociales, donde fueron publicadas sus fotografías.
De su lado, TN publicó en su sitio web que «no hay garantías para el trabajo de los equipos de TN, Crónica y Telefé», y denunció que los enviados argentinos padecen diversos ataques, que van «desde insultos hasta el lanzamiento de objetos contra los lugares donde se hospedan o incluso contra los propios trabajadores».
Durante la tarde, los periodistas transmitían en vivo cuando fueron amenazados por los manifestantes. Más tarde, el equipo de Crónica TV fue perseguido por una turba hasta su hotel.
Al conocerse la situación de los trabajadores de prensa, la Cancillería argentina solicitó mediante un comunicado a las autoridades en ejercicio del poder en Bolivia velar por la seguridad e integridad física de los medios argentinos presentes en territorio boliviano, trabajando en la cobertura de los sucesos que son de público conocimiento.
Y añadió que el consulado argentino en La Paz ya tomó contacto con los periodistas argentinos.
Ayer, la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR) emitió un comunicado en que advirtió que «observa con grave preocupación los distintos actos de violencia contra periodistas y medios de comunicación» acontecidos durante estos últimos días en Bolivia.
La AIR reclamó a las autoridades interinas y a las fuerzas de seguridad que «garanticen el libre ejercicio de la actividad periodística y el derecho a la información por parte del pueblo boliviano».
Entretanto, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció esta semana que desde el fin de la campaña electoral y la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, la prensa boliviana sufrió diversos ataques y agresiones, lo que obligó a la interrupción de sus labores para garantizar la seguridad de sus periodistas.
RSF señaló que desde la elección del 20 de octubre se registraron cerca de 30 actos contra la prensa de Bolivia que van desde intimidación, acoso en línea, amenazas, agresiones físicas, robo de equipo a periodistas, así como incendios en diversas estaciones de radio y televisión.
Fuente: Télam