Esto fue confirmado por el director del hospital Perrando José Bolaños, quien si bien adujo que el adolescente que falleció días atrás nunca dejó de recibir atención médica, murió en condiciones que “lejos estaban de ser las ideales”.
En las últimas horas, se conoció otro lamentable caso que dejó en evidencia el desastroso estado de la Salud Pública del Chaco. Sebastián Sosa, un adolescente de sólo 16 años, falleció en el Perrando después de estar dos días “internado” con oxígeno, en una silleta en un pasillo del hospital.
Al respecto, José Bolaños, a cargo de la administración del hospital, reconoció este lunes que el menor falleció en condiciones de internación que “lejos estaban de ser las ideales” y confirmó que “estuvo en un sillón”, fundamentando ello en “la alta demanda que tenemos”.
El caso se viralizó en las últimas horas cuando docentes del Colegio José Hernández de Barranqueras difundieron una carta denunciando las condiciones en que el menor, alumno de la institución, falleció luego de padecer un cuadro que no pudo ser detectado y atendido correctamente en el nosocomio de la capital chaqueña.
“A mí me interesa mucho que haya transparencia. Me parece una oportunidad para comunicarme con la población. Al otro día del triste hecho, me reuní con los encargados de cada servicios y tengo muchos datos”, dijo Bolaños en declaraciones por Radio Libertad.
El encargado del nosocomio, detalló que Sebastián “había consultado el 11 de noviembre a un cardiólogo porque hace un mes que sentía falta de aire”. Según dijo, la condición ni siquiera le permitía realizar actividades mínimas. Este profesional pidió un electrocardiograma y le dieron turno para el 3 de diciembre. En cambio, el martes 12 volvió a sentirse mal y concurrió al hospital Eva Perón, de Barranqueras, donde detectaron falta de oxígeno y lo derivaron al Perrando.
“A las 23.30 se le toman los signos vitales, a las 23.50 el médico de guardia lo ingresa. Se le realiza electrocardiograma, estudios de sangre y otras pruebas”, precisó Bolaños.
“Por la demanda que tenemos, es verdad que estaba internado en un sillón. Es por la demanda que tenemos. Todos los días nos encontramos con personas internadas en silla de ruedas o sillones”, reconoció.
“El chico nunca se fue del hospital. No era que estaba abandonado, estuvo siempre atendido. Estuvo previsto darle antibióticos y luego no se hizo pensando que era una neumonía, luego le indicaron diurético y también se lo sacaron porque el cardiólogo lo solicitó. Tenía una enfermedad rara y de difícil diagnóstico”, indicó el profesional.
“Acabo de firmar una instrucción sumaria para determinar la causa de la muerte de este chico”, sin embargo, Bolaños anticipó que por su experiencia, el chico “hubiera muerto en cualquier situación de internación”.
Más allá de eso, aclaró que tiene claro que “un sillón esta muy lejos de ser la mejor condición de atención, pero sí tengo la tranquilidad de que no fue por falta de atención”.
El caso
Un grupo de docentes de la Escuela de Educación Secundaria N° 15 José Hernández de Barranqueras, denunciaron que el pasado lunes 11 de noviembre, por solicitud del gabinete psicopedagógico del establecimiento, se le pidió a la madre del alumno Sebastián Sosa, de 16 años, que acuda inmediatamente a retirar a su hijo y llevarlo al médico.
El mismo presentaba una permanente sensación de fatiga y no tenía carácter de anemia, ya que los análisis clínicos realizados con anterioridad lo descartaban y tampoco se trataba de un problema visual.
Por otra parte, dicho gabinete descartó cualquier tipo de desorden de carácter social, puesto que el alumno mantenía una excelente relación con todos sus compañeros, no tenía calificaciones bajas, no estaba relacionado en modo alguno con el tema de las drogas y era postulante a ser abanderado.
“Teniendo en cuenta estos antecedentes es que los docentes piden a su madre que realice una urgente consulta médica, ya que su estado de salud no presentaba ninguna mejora”, explicaron.
El martes 12 fue llevado a la guardia del Hospital Julio C. Perrando, donde fue atendido por enfermeras y le respondieron que espere en el lugar. Luego, Sebastián fue colocado en una silleta, del tipo playera, y le aplicaron oxígeno.
“Allí, en esa inaceptable incomodidad, permaneció dos días, y el jueves por la tarde, sin que le llegasen a hacer ningún tipo de análisis o estudio, ni haber recibido atención por parte de algún médico, el adolescente falleció en el pasillo de la guardia”, señalaron.
“Exigimos una inmediata revisión de ciertos procedimientos médicos para estos casos de emergencia. Los hospitales, centros de salud y las llamadas salitas de atención deben reflexionar profundamente sobre su accionar en los casos de pacientes en general que ingresan con urgencia a estos centros de atención. Es la salud de un ser humano la que está en juego, y deben estar y actuar a la altura de esa circunstancia”, reclamaron.
Por otra parte, denuncian que “es cierto que para acceder a una pronta y efectiva atención -en muchísimos casos y nuestra provincia no constituye una excepción- es necesario tener conocidos –en salud o en la política- que faciliten la atención inmediata”. También piden reflexionar a los gremialistas, ya que “la misma reflexión y sugerencia cabe para los sindicatos de la Salud. Los reclamos son importantes, pero la salud de la población tiene prioridad”.
Los educadores de Barranqueras piden al Gobierno que “debe posicionarse al frente de estas situaciones extremas” y que “es tarea de todos contribuir permanentemente de un modo u otro a que, por ignorancia, desidia o lo que fuera, lo sucedido con nuestro alumno no se repita jamás”.