Investigadores del CONICET hallaron arsénico en el agua en las localidades de Sáenz Peña, Avia Terai, La Tigra y Fuerte Esperanza.
“Empezamos a trabajar en este proyecto en el 2016, y el primer muestreo lo hicimos en el 2017. El año pasado llevamos los primeros resultados; y este año con los dos muestreos consecutivos (2017 y 2018) podemos concluir ciertas cosas”, narró Alcira. Habló sobre el hallazgo de arsénico en el agua. Cabe señalar que el arsénico es un elemento semimetálico sólido, de color gris metálico, que forma compuestos venenosos; se usa principalmente en la fabricación de vidrio para eliminar el color verde causado por las impurezas y en la fabricación de gases venenosos. Seguidamente dio a conocer la situación de cada localidad:
Fuerte Esperanza
En esta localidad, “hay una situación más compleja, que es el aislamiento de la población. Al no acceder al agua de algún acueducto del río, las posibilidades son el agua de pozo o el agua de cosecha de lluvia”, dijo. Esta última, aunque genera microorganismos por almacenamiento, “es fácil de potabilizar”, dijo, “ya que se sanea con lavandina o hervor”. Pero en el caso de pozo no, porque el análisis arrojó presencia de “sales y arsénico”, aclaró. Actualmente, Fuerte Esperanza ha arreglado una Planta de Osmosis Inversa, y “tiene una alternativa más”, consideró.
Sáenz Peña
Tomamos muestras del Hospital “4 de Junio”, porque tiene agua de red y encontramos un poco de arsénico, “no lo quiero minimizar pero los niveles son por debajo de la ‘Norma Provincial que son 50 por billón’. Aquí cabe aclarar lo alarmante del dato ya que para la Organización Mundial de la Salud se estima que ‘debe ser de 10 por billón’. Por lo tanto, “este nivel está en el medio de estos dos valores, lo permitido por la provincia y por la OMS”, puntualizó y analizó: “hay cosas peores, sí, pero no es bueno para la salud que haya arsénico en el agua”, informó Multimedios Chaco en sus redes sociales.
En cuanto a los niveles señalados por la OMS, y que hace repensar qué tipo de agua consumimos los chaqueños, Alcira expresó que no hay exigencias actuales ante la situación porque “tiene que ver con presiones que realizan las empresas embotelladoras y sus negocios”.
Avia Terai
En este caso particular, señaló que la ciudad “tiene problemas con el arsénico, pero también con las bacterias en el pozo de la avenida Kirchner; agua con bacterias que los revendedores cargan y salen a vender con las motos”, por lo tanto insistió: “además de la falta de agua hay un negocio que se ha creado”.
La Tigra
Específicamente en la Colonia Mocoví, se encontró que, “en un pozo había escherichia coli (bacteria que forma parte de la microbiota del tracto gastrointestinal, por lo tanto se la relaciona a la materia fecal), y lo elevamos a la Administración Provincial del Agua (APA) el año pasado, a través de la Red de Salud Ramón Carrillo. Pero este año, nos encontramos con que extendieron el acueducto, y esto mejoró la vida de los hermanos”, expresó alentada.
Pero en este intento de toma de conciencia hacia la población, en la entrevista señaló otra situación conocida: “La Tigra y Avia Terai son pueblos fumigados, donde las problemáticas se juntan.”
Finalmente, consideró que tras la escasez de acceso al agua potable en el Chaco, sumado a los problemas existentes de la comunidad, la misma debe llamarse a la lucha para que esta realidad cambie, y mejore las condiciones de vida de todas y todos.
*El trabajo de Investigación es realizado por el Grupo Extensión Universitaria Impenetrable Chaqueño (GEUIC), Universidad de Buenos Aires. Además el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Instituto de Geocronología y Geología Isotópica (Ingeis) y el Instituto Nacional del Agua.
Fuente: Radio Virtual.