Con tan solo 16 años, Greta Thunberg fue elegida como la persona del año para la revista Times

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La publicación valora que la activista «ha logrado convertir una vaga preocupación sobre el planeta en un movimiento mundial que exige un cambio global».

Greta Thunberg ha sido elegida persona del año 2019 por la revista Time. La publicación estadounidense escoge cada año a un hombre, mujer o movimiento que ha centrado el foco mediático durante esos meses. En esta ocasión Time ha valorado que la joven activista sueca «ha logrado convertir una vaga preocupación sobre el planeta en un movimiento mundial que exige un cambio global»

Thunberg, de 16 años, se ha convertido en un símbolo en la lucha contra el cambio climático. Time publica en este número dedicado a la activista un largo reportaje sobre ella y sobre el viaje que la ha llevado a través del océano atlántico a bordo de un catamarán para asistir a la Cumbre del Clima, la COP25, que se celebra estos días en Madrid. «Hay esperanza. Lo he visto. Pero no viene de los Gobiernos y las corporaciones sino de la gente», ha dicho Thunberg este miércoles en su intervención en la COP25.

Entre los finalistas de la edición de este año se encontraba el presidente estadounidense Donald Trump, la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi o los manifestantes de las protestas en Hong Kong. Para la elección anual se realizan encuestas entre los lectores, pero son los editores de la publicación los que toman la decisión final.

El pasado año la revista dividió este reconocimiento entre varias figuras de los medios de comunicación como el reportero saudí Jamal Khashoggi, asesinado el 2 de octubre de 2018 en el consulado de su país en Estambul o la periodista filipina Maria Ressa, directora general del sitio web de noticias Rappler y perseguida por el régimen de Rodrigo Duterte. Un año antes, en 2017, Time había dedicado su portada a las mujeres que rompieron el silencio y se atrevieron a denunciar acoso sexual dando lugar al movimiento #MeToo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El País