El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que declaraba la emergencia nacional –“dos palabras muy importantes”– para liberar 50.000 millones de dólares en recursos federales que permitan combatir el coronavirus. Según dijo, esta acción “desataría todo el poder del gobierno federal”.
En declaraciones desde la Casa Blanca, Trump reunió a ejecutivos de empresas minoristas estadounidenses para anunciar que estaban donando recursos con el objetivo de construir a lo largo de EE.UU. instalaciones donde las pruebas se puedan realizar desde el auto.
También señaló que no aplicaría intereses a los préstamos estudiantiles y que estaba comprando más petróleo para llenar la reserva estratégica de Estados Unidos “hasta la cima”.
El anuncio de Trump concluye una semana en la que se produjeron cancelaciones y restricciones que han alterado la vida de casi todos los estadounidenses, a medida que el virus se propaga a la mayoría de estados.
Después de un discurso pronunciado este miércoles en horario estelar –que precedió una caída histórica en las acciones–, Trump enfrentó presiones para demostrar el manejo de la crisis.
Y aunque anunció nuevos pasos nuevos este viernes, el presidente aseguró durante una sesión de preguntas y respuestas que no se siente responsable por las fallas tempranas en las pruebas que, según los expertos en salud, llevaron a una mayor propagación.
“No me hago responsable en absoluto”, contestó, insistiendo en que los problemas que llevaron a la lenta distribución de las pruebas fueron responsabilidad de los gobiernos anteriores.
¿Qué implica declarar el estado de emergencia?
La decisión de Trump incluye declarar la emergencia nacional e invocar la Ley Stafford, que permite el acceso a fondos adicionales, según una fuente con conocimiento de esta medida. La emergencia nacional también da acceso a las autoridades.
Aunque anunció un aumento en la capacidad para realizar pruebas de detección del coronavirus, el presidente señaló este viernes que no creía que todos los estadounidenses debían apresurarse a hacerse el examen.
“No queremos que las personas tomen una prueba si creemos que no deberían hacerlo. Y no queremos que todos corran y las tomen, solo si tienes ciertos síntomas”, aseguró Trump.
Trump, quien empezó la intervención elogiándose por su respuesta al brote, aún parecía creer que la propagación sería limitada y que no todas las personas en el país requerirían acceso a las pruebas.
“No queremos que todos tomen esta prueba. Es totalmente innecesario”, insistió.
Pero también sugirió que el virus empeoraría antes de que finalmente hubiera una mejoría, aunque utilizó términos imprecisos para explicar su pensamiento.
“Podría empeorar. Las próximas ocho semanas son críticas”, dijo. “Algunos de los médicos dicen que fluirá, que se lavará. Términos interesantes”.
Trump ha enfrentado presiones para tomar acciones más decisivas, a medida que el virus comienza a alterar la vida cotidiana de casi todos los estadounidenses.
Fuente: CNN en español