La tapa de uno de los diarios correntinos más famosos fue, sin ninguna duda, un atentado contra la sociedad y una incitación al odio entre dos provincias hermanas. Pero además, la información que intentaron instalar es falaz, como lo demuestran los datos del COVID-19 en el mundo.
Lo que se sabe oficialmente en torno al coronavirus da cuenta de que el primer contagio en Wuhan, o alrededores de la ciudad china de Hubei, data de noviembre del año pasado.
Desde ese momento, y debido a las falencias del sistema sanitario chino, el 19-nCOV o COVID-19 (el coronavirus) fue en aumento e infectó a miles de personas en el gigante asiático.
Para enero y febrero, el flujo migratorio hizo el resto. La pandemia ya era un hecho.
A los países vecinos de China, y en definitiva todo Asia, se sumó Europa: Italia es la más afectada, con una gran cantidad de población de riesgo por edad y hasta el momento con más de 10 mil muertos; le siguen España e Irán, pero también la mayor parte del viejo continente sufre los embates del coronavirus. Francia, por ejemplo, decretó el Estado de Guerra hace más de un mes.
En América empezó por Estados Unidos, pero era cuestión de tiempo que el COVID-19 llegue al sur.
Cabe mencionar, volviendo a Europa, que los dos países citados primero son de los más visitados por argentinos y sudamericanos en general. El regreso de turistas desde Europa trajo consigo el coronavirus, a Chaco primero y a Corrientes después. Pero lejos está la relación de que los primeros infectados chaqueños llevaron el virus a su vecina provincia del NEA.
Así como las dos mujeres que se infectaron de coronavirus en Chaco, una familia que reside en Corrientes llegó a la tierra del chamamé durante marzo con coronavirus procedente de Europa. Los mismos protagonistas lo confirmaron semanas atrás: primero un hombre, y luego sus familiares, dieron positivo.
Al día de la fecha Corrientes tiene 11 casos confirmados. Entre ellos personal de Salud que trabaja en Chaco, y eso llevó a que el diario Época culpe a los chaqueños por el incremento de casos del otro lado del puente.
Lo cierto es que de la pandemia nadie es más responsable que otro, aunque tal vez la cuota de responsabilidad le quepa a las autoridades, que no elaboraron un plan de contingencia para -por ejemplo- proteger a los miles de ciudadanos que deben abastecerse y para ello salieron a buscar dinero.
La gente que salió ayer a sacar plata de los cajeros también fue blanco del matutino, pero nunca se preguntaron sobre el pasar de esas personas y su subsistencia.
