Lo realizan mujeres privadas de su libertad en el Centro de Detención de Mujeres de Villa Los Lirios de Resistencia.
Ariela Álvarez, integrante del grupo «La Bandada, feminismo entre rejas», contó que «con las mujeres de Villa Los Lirios venimos trabajando desde mediados del año pasado con distintas propuestas, que tenían que ver con sobrellevar la situación que viven en el espacio de encierro».
«Era necesario trabajar sobre algún tipo de proyecto productivo, que presentara para ellas una alternativa para generar recursos dentro del encierro y en vistas del momento en el que egresen, puedan mantener una actividad para cubrir necesidades básicas y seguir encontrándose en espacios más saludables», señaló en diálogo por Radio Libertad.
«En este sentido, se gestó un proyecto financiado por CREAS, para la compra de máquinas de coser. A nivel local articulamos con Industrias Culturales, quienes nos van a acompañar en la capacitación de talleres de costura y diseño. Estábamos listas para arrancar el proyecto, cuando a todos nos sorprendió esta pandemia», dijo.
«Se tuvieron que suspender las actividades. Respetando las recomendaciones decidimos no seguir asistiendo al espacio de acompañamiento, porque poníamos en riesgo a estas mujeres y a toda la comunidad», indicó.
«Mónica Nuñez, encargada del centro, se puso en contacto con nosotros para contarnos que esta es una iniciativa de las mujeres y del personal que las acompaña, que frente a esta situación decidieron ponerse a coser los barbijos, entendiendo que la comunidad los está necesitando», destacó.
«Nosotros reivindicamos y acompañamos la voluntad de servicio de quienes hoy tal vez tienen un montón de condiciones que hagan a carencias materiales, y no obstante, este grupo nos da ejemplo de la posibilidad de organizarse, de disponer de los recursos de la mejor manera y de brindar dentro de sus posibilidades, un servicio a la comunidad», celebró.
«Tanto las trabajadoras policiales como las mujeres privadas de su libertad siguen trabajando. Estamos gestionando más máquinas y más materiales. También hay un proyecto para hacer batas o camisolines», afirmó.
«Vamos a estar reforzando las tareas con alcohol y otros elementos de higiene. En el centro hemos puesto en práctica la solidaridad, ya que hay un montón de voluntades que están ayudando a sobrellevar las múltiples necesidades que hay en el lugar (ropa, elementos de higiene, alimentos) cuando su familia no las pueden acompañar», resaltó.
«Los barbijos están destinados a trabajadores públicos que tienen que continuar con sus empleos», aseguró.
Imagen Ilustrativa.-