Un ratón es el primer mamífero capaz de habitar a más de 6700 m de altura

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Los encargados de tan insólito hallazgo fueron un grupo de científicos de la Universidad de Nebraska-Lincoln. El equipo encontró que el pequeño ratón (Phyllotis xanthopygus rupestris) que atraparon era el mamífero vivo habitando en el punto más alto, al menos hasta ahora.

Al parecer, el ratón fue visto por primera vez en 2013 cuando un grupo filmó a un pequeño roedor a través del paisaje rocoso de Llullaillaco, un volcán inactivo en el borde occidental de las montañas de los Andes a lo largo de la frontera de Argentina y Chile. En el mes de febrero de este año, los investigadores regresaron a la zona y lograron capturar algunos especímenes vivos de los ratones a altitudes de más de 5.000 metros. Según ha explicado Jay Storz, profesor asociado de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UNL y coautor principal del estudio:

Estaba un poco aturdido y desorientado cuando llegué por primera vez a la zona. Mi compañero de escalada, Mario Pérez Mamani, fue quien vio el ratón, y me tomó un tiempo procesar lo que me estaba diciendo. ¡Todavía estaba tratando de recuperar el aliento!

Los investigadores cuentan que el descubrimiento muestra claramente que el ratón es un animal de récord: el mamífero habitando el punto más alto jamás registrado. Si bien se han reportado avistamientos de pikas, un pequeño mamífero similar a un hámster, que vive a cerca de 6.000 metros en el Himalaya, nunca ha habido evidencia en vivo de mamíferos que permanezcan permanentemente a tal altitud.

Para que nos hagamos una idea de las condiciones que tiene que soportar esta especie de “super ratón”, los picos más altos de Llullaillaco llegan a tener temperaturas bajo cero de hasta -65 ° C, además de tener que lidiar con niveles de oxígeno extremadamente bajos, alrededor de un 45 por ciento menos de oxígeno que al nivel del mar.

No solo eso. La comida también es un reto, ya que es escasa debido a que la altitud está por encima de la línea de árboles, lo que significa que la vida y la vegetación son inexistentes. Por esta razón, el equipo sugiere que los ratones podrían llevar una dieta basada en insectos y líquenes, aunque tampoco descartan que hayan sido capaces de desarrollar algún tipo de adaptación especial para vivir muy por encima de sus posibilidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Guizmodo [IFLScience]