La situación se conoció en las últimas horas, luego de una gran cantidad de casos positivos en la ciudad china de Harbin.
El Gobierno decidió prohibir la entrada a esa zona, en la provincia de Heilongjiang, a fin de evitar que resurja un nuevo brote de COVID-19 en el país.
Las autoridades locales informaron que “Todos los casos confirmados, casos sospechosos, contactos estrechos de personas asintomáticas y contactos estrechos de contactos estrechos deben estar en cuarentena y someterse a prueba».
La nueva medida implica que ni los residentes de otras ciudades, ni los vehículos que estén registrados fuera de Harbin puedan ingresar a las zonas residenciales de la urbe.
En esta misma línea, los medios locales indican que todos los residentes deben portar un tapabocas y tener un código QR para confirmar que no están infectados.
Previamente, a mediados de abril, Harbin ordenó que todas las personas que lleguen desde el extranjero debían quedarse en cuarentena durante 28 días: 14 en un centro especial y otros 14 más en sus casas.