El ciclón que ha alcanzado este miércoles las costas del este del India y Bangladés, ha provocado al menos la muerte de cinco personas y más de tres millones han tenido que ser evacuadas. Con vientos de una intensidad que ha superado los 180 kilómetros por hora, los desplazamientos han procurado realizarse con las precauciones indicadas para evitar la propagación del coronavirus, pero no ha podido garantizarse la distancia social. Las ráfagas han arrasado con árboles, infraestructuras eléctricas, viviendas y terrenos agrícolas ante una catástrofe que según los expertos puede acarrear consecuencias devastadoras, las peores en 20 años.
Amphan, que el lunes alcanzó la máxima categoría de súper ciclón antes de debilitarse a “extremadamente severo” en su avance hacia la costa, ha llegado este miércoles a mediodía a la orilla oriental india y ha reparado en Bengala y Odisha, donde «casi 658.000” personas han sido evacuadas, según ha informado en Nueva Delhi el director general de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres india (NDRF), Satya Narayan Pradhan. Al menos 10 personas han muerto en India, según ha indicado la ministra en jefe de Bengala Occidental, Mamata Banerjees. La tormenta se ha dirigido más tarde hacia Bangladés, donde se han registrado otros cuatro muertos y se han movilizado a “2,4 millones de personas en 14.636 refugios”, según ha señalado el director administrativo del Programa de Preparación ante los Ciclones bangladesí, Ahmadul Haque.
Ambos países han tomado medidas contra la covid-19 durante las evacuaciones, como el reparto de mascarillas y desinfectantes para manos, aunque las autoridades reconocen que se han tenido que hacer algunas concesiones a las medidas de distanciamiento social durante el proceso. La policía de Bengala Occidental ha indicado que algunas personas no han estado dispuestas a ir a los refugios porque tenían miedo de ser infectadas y muchas se han negado a abandonar su ganado. “Literalmente hemos tenido que obligarles abandonar sus hogares, hacer que usen máscaras y colocarlas en edificios gubernamentales», ha señalado un alto funcionario de la policía en Kolkata. La India superó este martes los 100.000 casos confirmados y más de 3.000 muertes a causa de la covid-19.
Ante la previsión de que el ciclón alcanzara la isla de Bashan Char en la Bahía de Bengala, donde el Gobierno bangladesí retiene a los refugiados rohingya, las autoridades del país han trasladado a centenares de ellos a refugios más resistentes a los ciclones. Diversas organizaciones de Derechos Humanos como Amnistía Internacional o la Asia Pacific Refugee Rights Network ya advirtieron con anterioridad de que Bashan Char estaba aislada de la ayuda humanitaria y era proclive a las inundaciones, y la ONU ha pedido que los más de 300 rohingya que habitan la isla sean trasladados a los otros campos de refugiados que tiene Bangladés tierra adentro.
Aunque se espera que la peor parte del fenómeno meteorológico no golpee la zona de Cox’s Bazar, donde están instalados la mayoría de los campos de refugiados de Bangladés (unas 800.000 personas), los cooperantes aseguran que hay un alto riesgo de que el coronavirus, que registró sus primeros casos en los campos la semana pasada, se propague más rápido con el ciclón.
El paso de ciclones suele ser común en el Golfo de Bengala entre abril y mayo, y octubre y noviembre, aunque las nuevas tecnologías de prevención han ayudado a la India y Bangladés a disminuir de forma abrupta las víctimas por estas catástrofes. En noviembre del año pasado, el ciclón tropical Bulbul obligó a la evacuación de cientos de miles de personas en la India y Bangladés, y otro, bautizado Fani, causó al menos 14 muertos en ambos países en mayo de 2019.
Fuente: El País