El presidente Jair Bolsonaro, quien el sábado anduvo en jet-ski mientras se superaba la cifra de 10.000 muertos por coronavirus, afirmó que no sufrirá juicio político ni destitución y que será reelecto en 2022 para entregar el poder el 1 de enero de 2017 a su sucesor.
«Me voy a ir de aquí el 1 de enero de 2027», dijo en la noche del domingo sobre la fecha de la entrega del mando en caso de que fuera reelecto en 2022.
Lo hizo ante una pregunta de un seguidor que le comentó que «la democracia pide su renuncia o impeachment», teniendo en cuenta que existen alrededor de 30 pedidos de juicio político por delitos de responsabilidad desde que asumió el cargo.
El presidente lanzó una serie de campañas de prensa para mostrar las acciones de abastecimiento de equipamiento de salud y de créditos a empresas, personas y a estados y municipios de cara a la pandemia.
Hasta el domingo Brasil era el octavo país con más casos confirmados de coronavirus (162.699) y el sexto con más muertes por la enfermedad (11.123).
Esta semana también será decisiva para Bolsonaro porque en caso de avanzar, una causa que tramita la corte puede llevarlo a un juicio político en el Congreso.
El mandatario volvió hoy a usar barbijo en la puerta del Palacio de la Alvorada antes de que el juez de la corte suprema, el Supremo Tribunal Federal, Celso de Mello, se disponga a iniciar una semana en la que la fiscalía escuchará a seis comisarios de la Policía Federal y a la diputada bolsonarista Carla Zambelli,
El fiscal general, Augusto Aras, puesto por Bolsonaro el año pasado está a cargo del caso que tiene que ver con la denuncia del ex ministro y ex juez Sérgio Moro de que Bolsonaro quería manipular a su favor a la Policía Federal para tener acceso inmediato a casos que puedan involucrar a aliados o a sus propios hijos.
Moro citó como clave una reunión de gabinete del 22 de abril en la cual Bolsonaro a los gritos lo amenaza con echarlo si no cambia a la conducción policial.
El video de la reunión está en manos del juez de la corte y según la prensa brasileña incluye asuntos de alta tensión política y diplomática, como críticas a China por parte del presidente e insultos a los 11 ministros del Supremo Tribunal por parte de uno de los colaboradores de Bolsonaro.
En caso de que el fiscal general denuncie a Bolsonaro, el presidente deberá enfrentar una votación en la Cámara de Diputados que deberá decidir, con dos tercios de los votos, si la recibe o la rechaza.
En caso positivo, el presidente debe apartarse 180 días del cargo y en ese lapso asume el vicepresidente, el general Hamilton Mourao.
Fuente: Télam