*columna de opinión de Magda Ayala, intendente de la ciudad de Barranqueras.
Que la pandemia sacará lo mejor y también lo peor de nosotros, lo escuchamos desde hace más de cuatro meses. Y la realidad nos demuestra que sí. Que ante lo adverso que es vivir esta crisis mundial, tenemos un pueblo solidario con el otro, responsable, que miles de nuestros ciudadanos cumplen con la cuarentena y adoptaron como cotidianas las normas de prevención, higiene y seguridad. Que toleran extrañar a familiares, hijos, nietos, para cuidarse y cuidarlos.
Pero también deja de manifiesto las miserias más escandalosas y menos oportunas para el contexto de atravesamos. Leo con indignación permanentes ataques al Gobernador Capitanich, por tomar decisiones en beneficio de la salud de los vecinos, y parece mentira, pero quienes atacan pertenecen a la misma fuerza política que fue cómplice de la clausura del Ministerio de Salud de la Nación, recortando así de forma significativa el presupuesto destinado hacia el área de salud pública. Los mismos que durante 4 años se pasearon por todos los medios de comunicación y saturaron sus redes sociales pidiendo terminar con la grieta, son quienes más la patrocinan porque también son quienes más favorecidos se ven de ella.
Hoy nadie, sea del partido que sea, puede especular con sacar ventaja política socavando al oficialismo. Hoy, lejos de ser obsecuentes, debemos ser pensadores críticos y constructivos, ubicados en un contexto adverso. Deberían antes de exigir cosas que ellos no cumplieron durante la última gestión, comenzar a responsabilizarse del desastre económico del que fueron cómplices y actores directos. Un desastre económico que, como sabemos, implicó el desguace de áreas indispensables para el funcionamiento de una nación y provincia, como la salud, la educación, el empleo, etc.
Confío y apelo a la memoria del pueblo que sabe bien que nunca en la historia de nuestra provincia, un gobernador transformó e invirtió tanto en materia de salud, como lo hizo Coqui. Y sé que ante operaciones políticas como las que vivimos ahora, donde la oposición se ríe de las necesidades y urgencias de nuestro pueblo llevando la discusión a áreas poco constructivas y sin ningún tipo de legitimidad moral, la gente sabrá identificar.