El feriado del 19 de junio conmemora el fin de la esclavitud en Estados Unidos. Pero 155 años después de que la noticia de su emancipación finalmente llegara a los esclavos en Galveston, Texas, el país todavía enfrenta problemas sistémicos de racismo e injusticia.
Esas dificultades surgieron una vez más en el debate nacional y en las protestas masivas de Black Lives Matter que fueron provocadas por el homicidio de George Floyd a manos de agentes de policía de Minneapolis el 25 de mayo.
Cuarenta y siete estados y la ciudad de Washington han establecido el 19 de junio como un día feriado o de conmemoración estatal. Las comunidades de todo el país lo celebran con comida y festividades. Pero, a pesar del impulso de activistas a lo largo de los años, Juneteenth todavía no es un feriado federal. Y, a lo largo de su historia, los estadounidenses no negros con frecuencia lo han pasado por alto.
¿Qué es Juneteenth?
Juneteenth ––la combinación de las palabras June (junio) y nineteenth (diecinueve)–– es la celebración habitual más antigua del fin de la escalvitud.
Conmemora el 19 de junio de 1865: el día que el mayor general del Ejército de la Unión Gordon Granger llegó a Galveston, Texas, y les informó a los esclavos de su emancipación. “De acuerdo con una proclamación del Ejecutivo de Estados Unidos, todos los esclavos son libres”, le leyó Granger a una multitud.
La noticia llegó más de dos años después de que el presidente Abraham Lincoln emitiera la Proclamación de Emancipación el 1 de enero de 1863. Incluso, luego de que Lincoln declarara a todas las personas esclavizadas libres en el papel, eso no fue necesariamente lo que ocurrió en la práctica.
Los negros estadounidenses y otros celebran el 15 de junio ––también llamado Día de la Emancipación–– muy similar al 4 de julio, con fiestas, picnics y reuniones con familiares y amigos.
Juneteenth se ha celebrado informalmente desde 1865, pero Texas fue el primer estado en convertirlo en un feriado estatal en 1980.
¿Por qué las personas están hablando de eso ahora?
El jueves pasado, el presidente Donald Trump anunció que realizaría un mitin de campaña el 19 de junio en Tulsa, Oklahoma, el lugar de uno de los peores actos de violencia racista que el país haya vivido.
En 1921, las tensiones entre las comunidades blancas y negras de Tulsa escalaron a una mafia blanca que atacó a los residentes negros y quemó negocios de propiedad de negros en una parte de la ciudad conocida como “Black Wall Street”.
La decisión de Trump de llevar a cabo el mitin allí, justo en un día que conmemora el fin de la esclavitud, fue sorprendente dados los eventos posteriores al asesinato de Floyd. El presidente ha mantenido silencio en gran parte sobre cuestiones de racismo sistémico y se ha resistido a algunos de los cambios propuestos por los manifestantes.
Legisladores demócratas y los progresistas criticaron duramente esta decisión del mitin.
“Esto no es solo un guiño a los supremacistas blancos: les está dando una fiesta de bienvenida”, tuiteó la senadora Kamala Harris.
Ese jueves, se le preguntó a la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, qué significaba Juneteenth para el presidente. “La comunidad afroestadounidense es muy cercana y querida en su corazón. En estos mitines, a menudo comparte el gran trabajo que ha hecho para las comunidades minoritarias”, dijo la funcionaria, y citó la reforma de la justicia penal y la financiación de las universidades históricamente negras.
“Él está trabajando para rectificar las injusticias… Por lo tanto, es un día significativo para él y es un día en el que quiere compartir algunos de los progresos realizados mientras miramos hacia el futuro y lo que falta por hacer”, añadió McEnany.
Fuente: CNN
Foto: Voz de Ámerica