*Por Hugo Sager, presidente del Poder Legislativo.
Al conmemorarse el bicentenario del fallecimiento de Manuel Belgrano, y cumplirse 250 de su nacimiento, la celebración de este 20 de junio será absolutamente distinta para los argentinos y las argentinas. Sobre todo para niños y niñas en edad escolar que esperan con ansias ese momento sublime de prometer lealtad al símbolo patrio.
En nuestro país, la promesa de civiles a la bandera es una tradición con la que sellan el compromiso de defender los valores que la insignia representa: libertad, igualdad y solidaridad.
En esta oportunidad, esa tradición se torna más emotiva por la empatía que despiertan estos jóvenes dispuestos a cumplir el histórico ritual en un contexto sumamente adverso, ante el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la COVID-19. La propuesta de realizar una Promesa Virtual a la Bandera es una alternativa inclusiva, con el fin de que todas las escuelas tengan la posibilidad de ser parte de esta tradicional ceremonia.
El presidente Alberto Fernández será quien encabece el acto central de la Promesa de Lealtad a nuestra enseña patria, compartiendo el momento en forma virtual con un estudiante de cuarto grado -en representación del grupo de estudiantes de ese año- de cada una de las 24 jurisdicciones del país.
En representación del Chaco ofrecerá su promesa Thiago Javier Benítez, que vive en un barrio de General Pinedo y cursa el cuarto grado de la EEP N° 39 “Manuel Schilling”.
Estas nuevas formas de la democracia que incluyen a diversos grupos de estudiantes en cada rincón del país nos llenan de esperanzas, y nos acercan un poco más a creer en el futuro.
Emocionan profundamente ver el compromiso de estos 24 jóvenes que, en distintas provincias, han tomado la responsabilidad de hacerlo en forma virtual y recobra una valoración esencial a nuestra insignia patria.
Honrar la visión de Belgrano
En este aniversario, Manuel Belgrano merece ser recordado como uno de los primeros hombres de la historia de nuestro país interesado en temas educativos. Fue un visionario que supo advertir sobre la necesidad e importancia de crear escuelas primarias, con fondos públicos.
Sus reiteradas referencias a la educación, rescatadas de sus escritos, lo posicionan como el primer hombre de Estado que habla como educador -anticipándose a muchos otros- y lo demostró desde sus funciones, cuando se encargó de organizar «escuelas gratuitas”.
Belgrano fue, además, un promotor de la educación de las mujeres. En consonancia con el paradigma de la época, le destinaba tareas “femeninas”, pero lo singular de su pensamiento fue considerarlas como sujetos de derechos.
