El Superior Tribunal de Justicia del Chaco recuerda que el jueves 27 de agosto habrá asueto judicial en la ciudad de Resistencia en virtud de conmemorarse el día de San Fernando Rey, patrono de la capital provincial.
PATRONO DE LA CIUDAD
Fernando III fue rey en la primera mitad del siglo XIII. Nació en las postrimerías del siglo anterior y murió en 1252. Fue un rey guerrero, poeta y músico y a su muerte lo sucedió Alfonso X “El Sabio”, uno de sus diez hijos con su primera esposa. La obsesión del rey era el desalojo de los moros de los territorios que ocupaban en España. Para él, esa misión era una “cruzada cristiana”.
Según Menéndez y Pelayo, fue santificado en función de su acción piadosa. Fue considerado el más grande de los reyes de Castilla. Cuando la Orden de los Jesuitas fundó la reducción para indios abipones, bajo la dirección del cacique Ñaré, pusieron a esta reducción como así también a la parroquia, bajo la advocación del rey santo.
San Fernando Rey fue consagrado patrono departamental del Chaco y de la ciudad de Resistencia. Además, desde el 11 de diciembre de 1981 el Instituto de Formación Docente local lleva su nombre. La sugerencia fue aceptada, sobre todo por su contenido simbólico: Fernando III, reconocido históricamente como San Fernando Rey, fue un luchador incansable que aspiraba ver a su país libre y unido; un hombre ejemplar, culto e inteligente, preocupado por el bienestar de su pueblo y amante la justicia.
Según cuenta la historia, San Fernando III fue un rey profundamente piadoso, hombre de fe y oración, devoto de la Virgen de quien llevaba siempre una imagen. Agradecido a Dios por sus éxitos políticos y militares, tuvo como prioridad concluir la recuperación de la península ocupada por los moros, cuidando la honestidad y piedad de sus soldados, viendo la guerra bajo la razón de la cruzada cristiana. Impulsó la literatura, protegió a las nacientes órdenes de franciscanos y domínicos, y preparó la codificación del Derecho, entre otras obras.
La Iglesia celebra su Fiesta Litúrgica el 30 de mayo, día en que entregó su alma al Señor, en el año 1.252. Por razones pastorales, nuestra parroquia conmemora su día el 27 de agosto, haciendo coincidir el festejo con el de la ciudad, recordando que esta zona ya se había puesto bajo su protección en el año 1.750, cuando los padres jesuitas fundaron la reducción de indígenas abipones. Dicha fundación se realizó en las proximidades del río Negro, sobre la actual avenida 25 de Mayo, donde se encuentra el monolito recordatorio.