El gobernador Jorge Capitanich calificó como una «muy buena noticia» el entendimiento alcanzado por el país con los principales acreedores internacionales privados para cerrar el canje de la deuda y reestructurar más de US$68.000 millones en bonos.
Así, aseguró que «permite generar las condiciones para resolver uno de los temas de agenda económica principalísimos que tiene la Argentina» desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández.
En declaraciones a Radio Provincia, el jefe de Estado provincial recordó que la situación se había generado como consecuencia del «defualt» en el que incurrió la gestión de Mauricio Macri en septiembre de 2019, con lo cual, había un excesivo endeudamiento, flujo de vencimiento de capital e intereses de corto plazo, imposibilidad objetiva de pagos y recesión económica profunda, que luego fue agravada por la pandemia de COVID-19. «Acá el tema central es generar las condiciones y retomar la iniciativa, por eso se planteó como prioridad reestructurar la deuda para aliviar el compromiso en materia de flujos de capital e intereses, y en ese camino se pasó de una primera oferta del 40% hasta un esquema de 54,8%», analizó y acotó que «Argentina flexibilizó su posición como también lo hicieron los acreedores; logrando generar un escenario mucho más razonable en este tiempo».
Para Capitanich, el próximo paso será negociar con el Fondo Monetario Internacional en un proceso que también permita condiciones de flexibilidad desde el punto de vista del cumplimiento de los compromisos de deuda. «Ha sido extraordinario el esfuerzo que se ha realizado en esta negociación, basado en una muy buena estrategia, por eso hemos felicitado al ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, y a todos los que han respaldado la postura del país», indicó.
Desafíos
El gobernador consideró en esa línea que el desafío y a la vez gran objetivo es pagar los servicios de capital e intereses de deuda, porque a su vez esta es una condición indispensable para abrir negociaciones internacionales de comercio exterior o flexibilizar mecanismos de créditos. «Este acuerdo será necesario para otros con el resto del mundo y mejorar la posición del país con los organismos multilaterales de crédito, con la consecuente facilitación para fondos de infraestructura o para desarrollo productivo», reflexionó.
Capitanich, según da cuenta la agencia oficial de noticias Foco, entendió que a partir de esta base se conformará un escenario razonable, debido que los activos financieros y reales en Argentina están «extremadamente deprimidos», la demanda «reprimida», la capacidad industrial «muy ociosa», el sistema financiero «sólido, solvente y líquido para apalancar el desarrollo productivo» y una infraestructura «mucho mejor» a la de 2001 (año del último gran estallido económico y social), para afrontar un período de recuperación.
«Estoy convencido de que el acuerdo es una condición sine quánon para avanzar en otros planos, con lo cual, después de arreglar con el Fondo Monetario Internacional deberemos encender la economía nacional y ponerla de pie pero esto va a llegar de la mano del desarrollo agroindustrial», analizó. En este marco, consideró -de cara al futuro- que la provincia del Chaco «deber ser un modelo para el desarrollo agroindustrial», con 20 cadenas de valor integradas para la creación de empleos de buena calidad, diversificar su matriz productiva y exportar más.
«De a poco podemos ir avanzando, obviamente que la caída del PBI, de la actividad económica y el aumento del desempleo son condicionantes severos en el corto plazo, pero si somos capaces de trabajar unidos, como lo hicimos contra la pandemia; creo que vamos por el camino correcto», cerró.