París Saint Germain, de Francia, con los argentinos Angel Di María, Leandro Paredes y Mauro Icardi, y Bayern Munich, de Alemania, jugarán mañana la apasionante final de una atípica edición de la Liga de Campeones, que superó un largo receso y retornó con una fase final en Lisboa como única sede, debido a la pandemia de coronavirus.
La final se jugará este domingo desde las 16 (hora de la Argentina), en el estadio Da Luz, en Lisboa, con el arbitraje del italiano Daniele Orsato, de 44 años, quien dirigió ocho partidos en la actual edición, y televisación de las señales Fox Sports y ESPN 2.
En caso de terminar igualada la final al concluir los 90 minutos se jugarán 30 suplementarios y de no quebrarse el empate el campeón de Europa se definirá con remates desde el punto de penal.
Notable expectativa provoca esta definición a la que arribaron equipos que poseen una enorme capacidad táctico-técnica en sus jugadores, que en su gran mayoría se encuentran en la plenitud de sus carreras, aunque con medios diferentes para alcanzar la gloria.
El PSG, liderado por el astro brasileño Neymar, quizá el mejor jugador del mundo en la actualidad, llegó por primera vez a la gran final y busca un inédito título ante el poderoso Bayern que jugará su undécima definición y ganó cinco veces la ‘Orejona’ (1974, 1975, 1976, 2001, 2013), una ante un equipo francés, al Saint Etienne en 1976.
Los dos equipos van por la triple corona ya que tanto PSG como Bayern ganaron sus respectivos torneos locales (Ligue 1 y Bundesliga) y las dos copas nacionales en sus países.
La campaña del Bayern como mínimo intimida, ya que ganó todos los partidos que jugó con 42 goles a favor y ocho en contra siendo el primer equipo en ganar sus primeros 10 encuentros en una Champions. Además, se convertiría, en el primer campeón invicto desde el Manchester United inglés en la edición 2007/08.
El equipo dirigido por Hans-Dieter Flick, cuenta con jugadores de magnífico nivel como el arquero Manuel Neuer, los zagueros Jerome Boateng, David Alaba, el defensor canadiense Alphonso Davies y los delanteros Serge Gnabry y Thomas Muller, pero sin dudas el goleador polaco Robert Lewandowski es la figura excluyente de los teutones.
El delantero, de 31 años, hizo 15 goles en nueve partidos en la liga y está a dos del record del portugués Cristiano Ronaldo para el Real en 2013/14.
El delantero lusitano de la Juventus es el máximo anotador de la competencia con 130 conquistas y el polaco está cuarto con 68, detrás del astro argentino Lionel Messi (115) del Barcelona y el ya retirado español Raúl González (71), ex figura del Real Madrid.
París Saint Germain es el 41er equipo en llegar a una final de la máxima competencia europea y los últimos seis que «debutaron» en una final perdieron, siendo el último que la ganó el Borussia Dortmund alemán ante Juventus en 1996/97.
Los franceses, dirigidos por alemán Thomas Tuchel, perdieron un partido, en los octavos de final ante el Dortmund, y suman 25 goles a favor y cinco en contra.
El Bayern, que se dio el gusto de vapulear al Barcelona de Messi en cuartos de final con un histórico 8 a 2, es calificado como el «tanque» por la exuberancia, la capacidad para destruir al adversario con un poder de gol notable y que no se limita a la estrella Lewandowski ya que sobresale Muller, que ahora juega de «media punta» y no de atacante de área, como lo hacía en el inicio de su carrera.
Otro motivo por el cual el equipo alemán hace diferencia es la presión que ejerce sobre la salida adversaria. Asfixia al rival, mientras que su punto débil se puede encontrar en algunos errores defensivos, aunque cuando los comete tiene debajo de los tres palos a su capitán Neuer, uno de los mejores arqueros del mundo.
El PSG cuenta con la magia de Neymar, en un nivel similar al de sus mejores tiempos en el «Barsa», y el desequilibrio de Kylian Mbape, que tritura esquemas defensivos con una velocidad descomunal.
Asimismo, la formación parisina cuenta con un Di María que brilló ante Leipzig (fue la figura de la cancha y marcó un gol), con un zaguero como el brasileño Thiago Silva, que se marchará del club luego de la final, y el arquero costarricense Keylor Navas, multicampeón durante su etapa en el Real Madrid.
Sera una gran final entre dos equipos que suman 1.739 millones de euros cotizando a sus planteles, que debido a la pandemia no tendrán un marco adecuado de tribunas repletas, aunque se descuenta que de todos modos será un espectáculo apasionante.
Fuente: Télam