Desde el Sindicato de Trabajadores Municipales de Jacinto Sampayo emitieron un comunicado donde sostienen que el intendente Martínez «Muestra un desprecio total hacia todas las instituciones democráticas», remarcaron.
El comunicado dado a conocer por el gremio establece:
“El sistema judicial funciona y cada uno de estos fallos, tarde o temprano, deberán ser acatados, con el agravante de que todo el tiempo transcurrido en la desobediencia judicial genera más gastos para el Municipio”.
“Estas sanciones valuadas en dinero contra quien demora el cumplimiento de una orden judicial y que se acumulan día a día, no saldrán del bolsillo del intendente, sino del de todos los contribuyentes. Por lo que esta rebeldía termina siendo un capricho que nos cuesta caro a todos los resistencianos».
“Es lamentable que muy pocos se animen a marcar los errores del Ejecutivo municipal, solamente podemos contarnos nosotros como organización sindical y concejales como Fabricio Bolatti, Carlos Salom o Teresa Celada, quienes denunciaron a Martínez por incumplir reiteradamente fallos judiciales. Hay que decirlo con todas las letras, hay una mayoría automática en el Concejo que no son más que “idiotas útiles” para una gestión de neto corte autoritario, que pretende avasallar a las instituciones, que desecha el diálogo y los consensos, desconoce el sistema republicano y se erige como patrón de estancia”.
“Los trabajadores municipales no somos ganado para que pretendan arriarnos detrás de un jefe comunal, somos los eslabones esenciales del andamiaje de la Municipalidad y tenemos derechos, amparados por la Constitución, que no vamos a permitir que se ignoren”.
“Ahora nos enteramos que Gustavo Martínez pretende, a través de esta mayoría automática en el Concejo, modificar el actual Régimen de Sumario y poner en funcionamiento la Sindicatura General Municipal. Lo que se pretende con esto es quitarle sus funciones a la Junta de Evaluación y Calificación, un organismo que está previsto en la Carta Orgánica, y que tiene una conformación absolutamente democrática; para manejar el sistema de sumarios y beneficios a través de un funcionario político. Es una mera medida de carácter político, con la sola intención de transformarse en juez de la conducta de los trabajadores y establecer de manera personal un sistema de premios y castigos, es la acumulación de poder dentro de la estructura municipal”.
“Los tiempos cambiaron y eso debe entender Martínez. La Justicia no está al servicio de los funcionarios, no puede convertirse en el brazo ejecutor de sus caprichos, no puede ejercer una gestión de rencor, venganza y exterminio. Debe respetar, porque ese debe ser su papel, administrar lo público con idoneidad, con consensos y con igualdad. Puede estar expuesto a la equivocación, todos lo estamos, pero cuando los episodios de naturaleza autoritaria se encadenan unos detrás de otros, ya debemos pensar que es su manera de ser, no un yerro eventual”.
