La preocupación del gabinete económico y del propio presidente Alberto Fernández por la permanente compra de dólares por parte de la población tuvo su reflejo en las últimas dos semanas con la caída de las reservas internacionales del Banco Central por diez días consecutivos, acumulando en ese período una baja de US$ 459 millones.
En el balance mensual (cuando aún resta el informe consolidado del lunes 31), agosto cerró con una caída US$ 543 millones en las reservas internacionales y septiembre comenzó con un descenso de US$ 142 millones en el primer día. Si bien el descenso de reservas es mínimo en comparación con el desplome que tuvieron en las once semanas que hubo el año pasado entre las PASO y las elecciones generales (US$ 22.758 millones de baja en 53 jornadas), no deja de ser motivo de preocupación por el contexto en el que tiene lugar, teóricamente propicio para un aumento en vez de una caída.
Es que esa baja promedio de US$ 45,9 millones diarios se da en el marco de severas restricciones a la compra de dólares en el mercado formal, además del denominado “parking” para adquirirlo a través de operaciones bursátiles, así como en medio de un superávit comercial que en lo que va de 2020 asciende a US$ 9.573 millones.
Por otra parte, agosto transcurrió prácticamente desde el inicio con la buena noticia para el mercado financiero que representó el anuncio del acuerdo de aceptación del canje de deuda con legislación extranjera, que al término del mes redujo en parte la brecha entre el dólar ahorro (unos $102 en el promedio de los bancos) y el paralelo o blue ($133 al cierre del martes) que, al menos en teoría, tendría que desalentar las operaciones de compra en un mercado y venta en el otro, popularizada hace años como “dólar puré”.
Sin embargo, los resultados obtenidos -y reflejados en la caída de reservas ya indicada- apuntan a todo lo contrario, en un proceso que para varios analistas tiene que ver con otras señales de la economía. Al respecto, desde distintas posiciones, tanto Andrés Asiaín (Centro de Estudios Scalabrini Ortiz) como Pablo Besmedrisnik (Invenómica) destacaron en recientes informes que la cotización del dólar (oficial, pero mucho más el paralelo) aumentó en los últimos cinco mese más que la inflación y que el rendimiento de un plazo fijo en pesos.
Por otra parte, el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, advirtió que la demanda de pesos por parte de la población volvió a bajar, luego de una suba coyuntural que tuvo que ver con el contexto inédito marcado en el inicio de la pandemia y el aislamiento social.
En ese marco, la última licitación de letras de liquidez (leliq) por parte del Banco Central tuvo un resultado expansivo, es decir que se volcaron a la plaza $22.966 millones, que representarían un incremento de la base monetaria del mismo nivel. A la actual paridad del dólar ahorro del Banco Nación ($101,7250 con el 30% de recargo del impuesto PAIS), esa inyección de pesos es equivalente a US$ 225,7 millones.
Asimismo, las proyecciones de diferentes consultoras indican que para hacer frente a las necesidades de financiamiento para lo que resta del año, la base monetaria podría incrementarse en cerca de un billón de pesos.
Fuente: Noticias Argentinas.-