El velatorio público comenzó a las 6 de la mañana. Antes, su familia y amigos le dieron el último adiós en intimidad.
Diego Armando Maradona es velado desde las 6.17 en la Casa Rosada, que abrió sus puertas al público general, luego de una despedida de su círculo más íntimo que se extendió durante toda la madrugada, con la presencia de su exesposa Claudia Villafañe con sus hijas Dalma y Giannina, entre otros, mientras una multitud aguardaba en la Plaza de Mayo.
El cuerpo del excapitán de la Selección, que falleció este miércoles a los 60 años por un paro cardíaco, fue llevado desde la morgue hasta una casa de sepelios en La Paternal, en donde en los primeros minutos de este jueves fue trasladado hacia Casa Rosada para el último adiós.
La despedida familiar se realizó a cajón abierto, mientras que en el velatorio público es a cajón cerrado.
El cuerpo sin vida de Diego Maradona fue trasladado anoche desde la morgue en San Fernando hasta la casa velatoria en La Paternal en medio de una fuerte custodia policial y los aplausos de la gente mientras la fila de autos, camionetas y motos de la Policía Bonaerense que integraban el operativo de traslado pasaban frente a ellos.
Luego de la despedida íntima que la familia de Maradona le dará al ídolo en las próximas horas, el velorio público iniciará a las 6 de mañana y se extenderá hasta las 16. Se estima que un millón de personas podrán despedir al ídolo.
Durante el paso de la caravana policial fuertemente custodiada que trasladaba el cuerpo de Diego Maradona tras la autopsia realizada en la morgue de San Fernando, las personas que se encontraban a un costado aplaudían y sacaban fotos con sus teléfonos celulares en señal de despedida al considerado por muchos como el mejor futbolista de toda la historia. “¡¡Vamos Dieguito!!, se escuchó gritar a algunos de los fanáticos del fútbol que se encontraban en el lugar.
Alrededor de las 23:50 horas la caravana que había salido de la morgue de San Fernando llegó hasta la casa velatoria ubicada en Tres Arroyos y Seguí, en La Paternal. Allí lo esperaba una multitud, que cuando vio acercarse a la caravana policial que trasladaba el cuerpo comenzó el clásico grito de “¡¡Oleeé, oleeé, oleeé, Diegooo, Diegooo!!”.