Tras el desplazamiento de Gustavo Olivello en la Subsecretaría de Prevención y Seguridad en Abordaje Territorial, el ex diputado Carlos Martínez calificó la medida como «acertada» y aseguró que es «una señal del cese de la violencia represiva».
«La decisión de revocar el nombramiento del sargento Olivello por parte del gobernador Capitanich es una medida correcta. Es una señal del cese de la violencia represiva para abordar el conflicto social y de la posibilidad de recuperar el diálogo como herramienta principal en los marcos del Estado de Derecho», señaló el ex legislador.
«En el Chaco necesitamos mano humana y no mano dura por parte del Estado. Apoyo financiero y logístico a los proyectos productivos y acciones comunitarias que hoy llevan adelante las organizaciones sociales tantas veces estigmatizadas pero cuya labor se desconoce», sostuvo.
«Un proyecto productivo apoyado desde el Estado, una cooperativa textil en marcha con acompañamiento oficial, una vereda construida asociativamente . una bloquera en un barrio, un microcrédito bien otorgado, valen más que mil Olivellos, Bernis o como se llame la mano dura», manifestó Martínez.
Por otra parte, afirmó que «una consecuencia positiva del despido del fascista Olivello es que la Policía del Chaco podrá abocarse a prevenir delitos comunes y garantizar seguridad a la gente y no desperdiciar recursos de los ciudadanos en reprimir reclamos legítimos de laburantes y vecinos, amén de liberar al Estado de un confeso violador de los derechos humanos que nunca debió haber asumido un cargo público por inhabilidad manifiesta».
«Sensibilidad, capacidad, predisposición para encontrar soluciones es lo que necesita el Chaco de sus funcionarios y de los partidos políticos. La salida es buscar acuerdos duraderos que nos permitan salir de la pobreza y del estancamiento entre todos, como comunidad», concluyó.