El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Armenia exigió la dimisión del primer ministro, Nikol Pashinián, en protesta por la destitución del subjefe del Estado Mayor, el general Tigrán Jachatrián. Creen que el primer ministro actuó «por motivos miopes y nada razonables, y sin tener en cuenta los intereses nacionales». Cuarenta militares de alto rango firman la declaración. En el texto denuncian que «la gobernanza ineficiente de las autoridades actuales y los graves errores en política exterior han llevado al país al borde del colapso».
Pashinián, en entredicho desde la derrota frente a Azerbaiyán que costó al país amplios territorios de Nagorno Karabaj el año pasado, ha optado por defenderse movilizando a la población. «Califico la declaración del Estado Mayor como un intento de golpe militar. Convoco a todos nuestros seguidores a la plaza de la República ahora mismo. Pronto me dirigiré a la nación en una transmisión en directo», escribió Pashinián en Facebook.
MANIFIESTO CONTRA EL PRIMER MINISTRO
El jefe del Estado Mayor, Onik Gasparián, y los comandantes de todos los cuerpos firman la declaración exigiendo la renuncia del primer ministro. «Durante mucho tiempo, las Fuerzas Armadas de república toleraron con paciencia los ‘ataques’ que el actual gobierno, que tenía como objetivo desprestigiar a las Fuerzas Armadas, pero todo tiene sus límites. Las Fuerzas Armadas han cumplido con honor su deber de luchar con su pueblo contra el enemigo».
Pashinián destituyó al general coronel Gasparián, después de que el ente castrense exigiera la dimisión del mandatario.
El año pasado los armenios se vieron obligados a ceder la tierra que habían ganado en el conflicto de 1991 a 1994. Azerbaiyán recuperó siete distritos alrededor de Nagorno-Karabaj que había perdido en la primera guerra, brindando la oportunidad de que al menos medio millón de azerbaiyanos regresen a sus hogares después de haber estado desplazados durante más de 25 años. Rusia ha desplegado una misión de mantenimiento de la paz (1.960 soldados) tanto en Karabaj como en el corredor de Lachin entre Karabaj y Armenia. Seguirán ahí durante cinco años, con posibilidad de renovación.
«Los armenios parecen traumatizados por su repentino cambio de suerte, y muchas voces, especialmente las que se oponen al primer ministro, insisten en que el acuerdo de noviembre no tiene estatus legal y puede ser rechazado», escribe Thomas de Waal, miembro del Centro Carnegie, especializado en Europa del Este y la región del Cáucaso.
Fuente: El Mundo