El presidente de Sameep, Pablo Sánchez, expresó días atrás públicamente su rechazo al aumento de la tarifa del agua, su oposición terminante a las «políticas de vaciamiento» y «privatización» de la misma. «Renuevo y refuerzo mi voluntad de ponerme al frente del embate que se intenta contra la empresa, contra los trabajadores de la misma y contra el pueblo en general, en la línea de ajustar para abajo, como siempre ha sucedido, en función de «solucionar» las crisis que los sucesivos gobiernos y administraciones han generado y, además, seguir adelante con sus negociados», había manifestado en un comunicado, remarcando que el agua «es un derecho humano» y no «una mercancía».
Al respecto, este miércoles en diálogo por Radio Libertad, el funcionario volvió a desmentir los rumores de su renuncia y aseguró que «son operaciones» .
Sánchez explicó su posición sobre los aumentos a los usuarios del servicio. «Si se realiza la audiencia pública y el 80% plantea que no se tiene que dar en el contexto en que estamos, es obvio que uno tiene que decir que no podemos aumentar la tarifa», sostuvo.
«Los trabajadores me llamaron y les planteé mi posición, que no es oportunista o salgo a decirla por primera vez. El que me conoce sabe de todas estas cosas desde el primer momento en que soy trabajador y más de esta empresa», afirmó.
«Trato de ser lo más responsable y discreto posible, pero todo tiene un límite. Cuando desde las áreas de economía quieren decidir cómo se maneja esto me parece perfecto, pero entonces que tomen la decisión de sacar a este directorio, o por lo menos al presidente», aseveró.
Sánchez ratificó su rechazo al aumento en la tarifa del servicio y aseguró que «un aumento del 50% no nos va a solucionar nada, porque casi seguro que la cantidad de personas que van a dejar de pagar también va a ser importante».
Por otro lado, detalló también que no tuvo oportunidad de hablar con el gobernador Capitanich. «Él me llamo y yo estaba en asamblea y ahora estoy esperando para reunirnos».
