La inflación del primer trimestre compromete seriamente la meta del 29% que trazó Martín Guzmán y con eso la estrategia de alinear las expectativas en torno de los lineamientos del Presupuesto 2021.
De acuerdo con el relevamiento de LCG, la inflación del mes de marzo será cercana al 4% y la de alimentos y bebidas será más alta, 4,5%. “Hubo una aceleración muy marcada en la última semana. Nos preocupa que la economía no pueda hilvanar dos meses seguidos de baja de la inflación”, señaló Guido Lorenzo, director de la consultora.
Desde Ecolatina señalan que marzo suele ser un mes complicado por el comienzo de clases y el recambio de indumentaria. Afirman que 2021 no será la excepción. La proyección que hacen con los datos recabados hasta el momento, apunta a un 3,8% aunque creen que podría saltar hasta el 4%.
“Los factores son los de siempre, alimentos y bebidas siguen dando alto, el dólar se mueve y presiona sobre bienes y servicios y los productos que más aumentan son los vinculados a la educación, la carne, las frutas y verduras”, explicó Matías Rajnerman, Economista jefe de la firma.
El panorama que plantea Ferreres & Asociados incluye una inflación del 3,8% pero a diferencia del resto de los cálculos, considera que los alimentos crecieron por debajo del promedio y lo hicieron a un ritmo del 3,5%. “Lo que más aumentó fue la educación, comparando la tercera semana de marzo con el promedio de febrero tenemos un salto del 18,2%”, dijo Orlando Ferreres, titular de la consultora.
Entre enero y febrero, la inflación acumuló casi 8%, y con los datos de marzo el primer trimestre del año tendrá una escalada cercana al 12%. Con estos números, la inflación mensual debería promediar 1,7% entre abril y diciembre para cumplir la meta oficial del 29%.
“La inflación se está volviendo uno de los principales problemas económicos. Se está acelerando desde el segundo semestre del año pasado cuando empezó a rebotar la economía y se hace cada vez más cuesta arriba lograr la meta propuesta y eso trae otras complicaciones como en la estrategia de coordinación de expectativas”, analizó Martín Burgos, economista del Centro Cultural de la Cooperación.
Hay coincidencia en que el fenómeno de la inflación es multicausal. Incluso el Fondo Monetario descartó la semana pasada que se trate de un problema meramente monetario. En este sentido, el tipo de cambio es una de las variables que más influye en el avance de los precios de los insumos que luego se trasladan a la góndola. Martín Guzmán viene afirmando que el dólar oficial desacelerará su marcha en los próximos meses, lo que genera la expectativa de que los precios cedan terreno.
Un informe de Ecolatina adelanta que “más allá de cómo sigan las restricciones, es probable que las presiones por el lado cambiario se relajen en el corto plazo. De esta manera, la desaceleración inflacionaria comenzaría en abril”. Otra cuestión fundamental es el avance de los precios regulados.
“El Gobierno apunta a que después del primer trimestre puedan moderarse las subas de precios. La apuesta es que los aumentos de nafta, transporte público, salud, telefonía y precios cuidados y máximos, que se concentraron en el primer trimestre tiendan a descomprimirse y que vayan por debajo de la inflación”, explicó Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
Aunque resta definir qué sucederá con las tarifas de los servicios, se descarta que las actualizaciones estarán por debajo del promedio de los precios. Así, tanto el dólar, como los precios regulados, podrían funcionar como ancla y no como acelerador de la inflación y encaminar una desaceleración a partir de abril.
Fuente: Ámbito.-