En asambleas virtuales, docentes de 27 asociaciones de base y sindicatos universitarios y preuniversitarios nucleados en Conadu Histórica deliberaron y votaron tomar medidas de lucha: realizan un paro este martes 6 y el miércoles 7 de abril, con cese total de sus actividades, por recomposición salarial y contra el avance de la flexibilización laboral en pandemia.
La gota que rebalsó el vaso es el derrumbe de sus salarios tras un año de recorte presupuestario y salarial por parte del Gobierno nacional: ya van 51 meses de caída salarial. La paritaria se encuentra vencida desde fines de febrero y la pérdida de haberes es superior al 20 % en relación a la inflación. “Desde octubre de 2019 hasta marzo de este año, la pérdida de nuestros salarios fue del 22 %. Y hoy el sueldo básico del cargo testigo apenas cubre un 31 % de la canasta de pobreza”, afirma el gremio docente de la Universidad de Buenos Aires, AGD-UBA.
Esta realidad es la que oculta Rodolfo Tecchi -rector de la UNJu-, recientemente designado presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, quien sostiene que el salario de los docentes solo perdió con Macri y que ahora espera que “vuelvan a ganarle a la inflación”. Una expresión de deseos propia de un funcionario que percibe un ingreso de 200 mil pesos al mes y se encuentra en campaña electoral como integrante del PJ jujeño.
Pero el problema no es solamente salarial. Se trata de un fuerte ataque a la educación pública universitaria, que en el año de la pandemia tuvo un enorme salto de precarización en sus condiciones laborales con la virtualización forzada, el desfinanciamiento y las insuficientes condiciones de medio ambiente de trabajo.
Las autoridades de las diferentes facultades, en forma repetida en todas las universidades, han impuesto en forma inconsulta hacia estudiantes y docentes una virtualización forzosa sin dispositivos adecuados para acceder a las clases. “Las y los docentes denuncian que durante todo el año pasado sostuvieron la enseñanza y el vínculo con casi dos millones de estudiantes sin apoyo estatal ni de las universidades, que se mantuvieron cerradas a causa de las medidas de ASPO dispuestas en el marco de la emergencia sanitaria”, explican desde ConaduH. Hoy, tampoco se discuten estas condiciones de trabajo.
Por ello también reclaman el reconocimiento de gastos en la enseñanza virtual y el cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo en lo referido a las condiciones y medio ambiente de trabajo en el marco de la pandemia. Desde el lado de los estudiantes, los problemas de conectividad (desde dispositivos hasta los datos para conectarse) implican que, en varias ocasiones, no pueden continuar accediendo a sus estudios.
Hasta el momento los docentes no han tenido respuesta a sus demandas ni convocatoria a reunión por parte del Gobierno. “Ante las dilaciones y falta de respuestas, la Federación resolvió la continuidad del Plan de Lucha y convocar a un Paro Nacional Docente en las Universidades Nacionales para los días 6 y 7 de abril. La medida se cumplirá con suspensión TOTAL de actividades académicas y de investigación tanto presenciales como virtuales, y volverán a reunirse el 8 para evaluar el estado de situación de la negociación”, afirma Conadu-H.
Por su parte, la federación de docentes universitarios Conadu no convocó a ninguna medida de fuerza, apenas enviando una «carta» al Ministro de Educación Nicolás Trotta, en línea con la complicidad de las centrales sindicales con la política de ajuste del Gobierno nacional.
Desde la Universidad Nacional de la Plata, el docente Germán Noguera señaló al respecto que «saludo las medidas de fuerza de Conadu-H, creo que es necesario unificar a las distintas organizaciones sindicales de los docentes universitarios en una sola medida de fuerza, y Conadu debería ponerse a la misma altura».
Basta de salarios de pobreza
Mientras la canasta básica familiar se estima en $ 88 729 y la línea de pobreza se ubica en $ 57 997, el salario testigo de un docente UBA (Ayudante de primera con dedicación semiexclusiva) es de $ 18 353, esto alcanza a cubrir solo el 31 % de la canasta familiar básica. Y, actualmente, esto no incluye los gastos extras de conectividad que salen de los bolsillos de los propios docentes. Sin contar los miles de compañeros y compañeras que continúan trabajando bajo la modalidad “ad-honorem”, o sea gratis.
Las y los docentes universitarios vienen denunciando que desde el 2016, hasta ahora, sus salarios cayeron cada vez más, incluso eliminando la cláusula gatillo. El convenio colectivo de trabajo sigue sin implementarse y, como si no fuera poco, el trabajo educativo bajo modalidad virtual no se encuentra contemplado en la reciente Ley de Teletrabajo votada en el Congreso, que aún insuficiente, sería al menos un marco normativo mínimo para la regulación de la actividad virtual.
“Necesitamos salarios equivalentes a la canasta familiar, indexación en base a la inflación con cláusulas gatillo automáticas, así como salario para los docentes mal llamados ad-honorem. Que el Estado garantice dispositivos de conexión y acceso a internet gratuito para sostener la conectividad”, afirmó a este diario Lucía Ortega, docente de la Facultad de Económicas de la UBA. Se prevé que, con el ritmo actual de inflación, para este 2021 el presupuesto universitario tendrá una caída real de 19 %, por ello reclaman un aumento urgente de las partidas educativas.
En el caso de los colegios preuniversitarios, el avance de la precarización laboral ha llevado al extremo del despido de 100 docentes del Curso de Ingreso del Nacional Buenos Aires y del Carlos Pellegrini a principios de año. Por primera vez desde el año 2016, y sin previo aviso, no les renovaron sus cargos en los colegios y amenazaron con reducir sus horas a la mitad.
En el CBC de la UBA, desde la cátedra de Economía/Marchini y AGD-UBA denunciaron que “cuatro docentes de la cátedra fueron bloqueados en su ingreso al campus virtual del Ciclo Básico Común apareciéndoles la leyenda ‘usuario inexistente’. Esto se suma –señalan en un comunicado– a una merma considerable en la cantidad de comisiones y alumnos”. La virtualización que propone la UBA sigue un modelo precarizador ya conocido por las y los trabajadores de plataformas, una suerte de uberización de la enseñanza superior.
Frente a este panorama, el docente del CBC Juan Duarte, se refirió a problemas en pandemia de la docencia en sus distintos niveles: “La pandemia se usa para profundizar tendencias a la precarización previas, contra eso también paramos. Y al mismo tiempo, no somos indiferentes ni a la situación de las y los estudiantes, ni de nuestros compañeros docentes de nivel inicial, primario y secundario, que fueron empujados al retorno a las escuelas en todo el país sin protocolos adecuados, plan de vacunación e insumos de protección, situación que lamentablemente en Capital Federal incluyó la muerte de Jorge Lagnone, docente de Lugano. Desde el gobierno nacional, al de Larreta en CABA, son responsables por exponer la vida de las y los docentes en plena pandemia”.
Unidad en las luchas
En distintos pasillos virtuales y grupos de whatsapp, de todo el país, también los estudiantes comenzaron a organizarse. Muchos de ellos preocupados por la creciente precarización laboral que los aleja de las posibilidades de cursar y las condiciones de cursada que imponen las autoridades. No es para menos, los datos del Indec confirman que el 49,2 % de los jóvenes entre 15 y 29 años, viven en hogares pobres. La imposibilidad de acceder a la educación superior resulta evidente.
En el CBC fueron muchos los reclamos por la inscripción condicional a la UBA para que nadie se quede afuera de estudiar, llevando a reunirse en asamblea e impulsar medidas de visibilización como tuitazos en redes. En la Facultad de Psicología de la misma universidad también los estudiantes se reunieron en asamblea para exigir más comisiones para poder cursar.
Por su parte, en la única Facultad donde las autoridades buscaron realizar exámenes presenciales de manera general ha sido la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Allí, tanto en los cursos de verano como ahora en los cursos regulares se busca imponer exámenes presenciales sin las condiciones sanitarias, edilicias ni pedagógicas para realizarlo. Los estudiantes han rechazado esta medida y convocaron para este martes 7 a una asamblea de estudiantes y docentes para unificar las luchas y apoyar el paro docente.
En este marco, y frente a la muerte de un trabajador del subte de la Ciudad de Buenos Aires a causa de la sustancia asbesto en las formaciones, estudiantes se acercaron a brindar su solidaridad y apoyar a los delegados a los que el Gobierno y la empresa quieren desaforar por salir a luchar por mejores condiciones de trabajo. Estos trabajadores, por su parte, brindaron su apoyo a los docentes universitarios en su lucha.
En Córdoba la comunidad educativa se encuentra peleando contra los procesamientos a estudiantes por defender la educación pública. La Dirección y el Consejo de la Escuela de Letras de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC emitió un comunicado rechazando el avance de la Justicia contra 27 estudiantes, en un claro intento de criminalización de la protesta.
En la UNCuyo (Mendoza), los Centros de Estudiantes de Filosofía y Letras y de Ciencias Políticas y Sociales, agrupaciones estudiantiles y un centenar de estudiantes y docentes han apoyado el inédito paro nacional vitivinícola. También han acompañado las luchas ante el cierre de la Licenciatura en Enfermería el año pasado y han denunciado la injerencia de la CONADU con la no acreditación de la carrera de Derecho este año.
En Jujuy, estudiantes de la UNJu se han puesto a disposición para enfrentar la represión de Gerardo Morales en la provincia, sumando su apoyo a los vecinos de campo verde que defendían su espacio verde, deportivo y recreativo del barrio.
Estos son solo algunos ejemplos de la unidad que comienza a tejerse desde abajo entre estudiantes y docentes de los distintos niveles educativos, y con distintos sectores de trabajadores que salen a pelear contra el ajuste, la precarización del trabajo y el estudio, contra la presencialidad sin condiciones o las virtualizaciones forzosas y sobrecargas de tareas. Por ello, este 6 y 7 de abril la docencia universitaria convoca a un nuevo paro nacional.
Fuente: La Izquierda Diario.-