Los restos que fueron hallados en un campo cerca de Villa Ángela corresponden a un hombre. Así lo informó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), al que recurrió la querella.
El viernes 17 de diciembre de 2016 Maira Benítez salió a bailar. Llegó a la puerta del boliche y se sentó a esperar para poder entrar. Cerca de las 5, cuatro amigos pasaron en un Ford Fiesta gris y la invitaron a seguir la noche en otro boliche. Ella subió. Desde entonces su familia no supo más nada de ella.
Su desaparición fue investigada como un secuestro, como un caso de trata y finalmente, como un homicidio. El misterio, afirma su mamá Antonia Morán, se construyó en base silencios y complicidades. Creen que hay testigos que saben más de lo que dicen.
Rodrigo Silva -que era su amigo y fue el último que la vio- fue acusado de matarla para evitar que ella revelara una infidelidad; y condenado a 21 años de cárcel.
En agosto de 2019 fueron hallados restos humanos en un campo de Villa Ángela, los cuales la Justicia chaqueña adjudicó a Maira. Su madre nunca aceptó que los restos correspondieran a su hija, por lo que la querella recurrió al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), para profundizar en la pesquisa.
Según consigna NORTE, el oficio remitido el EAAF asegura que los restos no coindicen con el de perfiles genéticos de mujeres. «…Se cotejaron los restos con perfiles genéticos de muestras de mujeres no identificadas y no arrojó ninguna coincidencia…”. “En el marco del expediente número 3223 caratulado ‘Hallazgo de restos óseos de NN- Villa Ángela S/eleva actuaciones’ a fin de remitir el informe elaborado por nuestro Laboratorio de Genética Forense en respuesta a su solicitud”.
“De acuerdo con lo expresado en dicho informe, se obtuvieron perfiles STR autosómicos de las muestras dubitadas pertenecientes a los restos óseos bajo estudio, codificadas como 6100040 y 6200040. Asimismo, se procesaron muestras de referencia de madre e hija de Maira Iris Benítez, codificadas como 3100053 y 3100054 respectivamente”.
Las muestras fueron remitidas al Laboratorio de Genética que tiene el EAAF, en Córdoba, para intentar extraer material, ya que el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (Imcif) del Poder Judicial del Chaco no pudo concretar el proceso para tal fin, al entender los expertos que no había material genético en los huesos debido al paso del tiempo y la permanencia en campo inundado; se aguarda otro resultado.