El gobernador encabezó el último encuentro de la Mesa de Gestión la Rubita, espacio de interacción entre representantes de las áreas del Estado y las y los vecinos, para avanzar en el ambicioso proyecto urbanístico que demandará una inversión de casi cinco mil millones de pesos.
El gobernador Jorge Capitanich encabezó, junto a la secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente Marta Soneira, la reunión de la Mesa de Gestión de La Rubita puesta en marcha para organizar el proceso de ejecución del proyecto de urbanización en esta zona, con la participación de las y los vecinos.
«Este plan es muy ambicioso y complejo, por ello necesitamos de la colaboración de todas las partes integradas para que este barrio se transforme y con ello la realidad de cada una de las personas que allí viven», señaló Soneira.
De este nuevo encuentro participaron también la ministra de Desarrollo Social María Pía Chiacchio Cavana, el subsecretario de Ordenamiento Territorial Alan Strusiat y vecinas y vecinos del barrio. De esta manera comenzó la organización de la primera etapa del proyecto y definición de los roles de los integrantes de la Mesa, en defensa de los intereses de sus representados.
«También establecimos la mecánica de trabajo de las organizaciones para las ejecuciones de las obras de viviendas que se contemplan en el plan», indicó la secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente.
La urbanización de La Rubita es un Proyecto Integral Socio-Urbano (PISU) que demandará una inversión de casi cinco mil millones de pesos. Prevé apertura de calles, desagües pluviales, iluminación y acceso a la red eléctrica, red de agua y cloacas para 2.363 familias, de las cuales 170 serán beneficiadas también con soluciones habitacionales. Será financiado en su mayor parte a través del Fondo de Integración Socio Urbana, que se desprende del aporte solidario de las grandes fortunas.
Incluye también la creación de áreas verdes para recreación y deporte, así como reservas para infraestructura de uso público y comunitario y la entrega del título de propiedad a cada una de las familias que habitan el barrio, interviniendo con la mensura y el ordenamiento territorial adecuado. De esta manera, el barrio quedará integrado a la trama urbana de la ciudad.
