Los robots Pepper y Spot harán las veces de público en los Juegos Olímpicos de Tokio ante las nuevas restricciones dictadas por el Gobierno nipón por el reciente aumento de los contagios por coronavirus, según ha informado los organizadores de la cita olímpica.
La organización de los JJOO de Tokio ha asegurado que las máquinas sustituirán al público para que los deportistas se sientan acompañados, una solución que han considerado más calurosa que las ya llevada a cabo en otros deportes de imprimir imágenes de personas y colocarlas en las gradas o instalar pantallas gigantes en las que los aficionados aparecían mediante videollamadas desde sus casas. El uso de este tipo de robots ya se había probado en partidos de beisbol en Japón.
Con le elección de estos dos robots para los JJOO, las gradas olímpicas se llenarán de dos máquinas que han corrido suertes dispares hasta ahora. Pepper causó una gran sensación en 2015, cuando fue presentado como el dispositivo que aspiraba a conquistar el mercado por sus múltiples aplicaciones. De hecho, fue tanta la expectativa que las primeras 1.000 unidades que se pusieron a la venta en Japón se vendieron en apenas un minuto.
En los años sucesivos su popularidad fue en aumento y lo pudimos ver recibiendo a los asistentes de la feria Viva Technology o de negocios como Pizza Hut en Singapur. Para 2017, había unas 10.000 unidades Pipper activas en todo el mundo, según Softbank. Sin embargo, desde entonces su volumen de venta ha sido bastante modesto, unos 17.000 robots más en estos casi cuatro años, motivo por el que la compañía japonesa habría decidido parar su producción en 2020, según supimos hace unas semanas.
La baja demanda ya comentada, las funciones limitadas del robot y ciertas discrepancias culturales entre las divisiones francesa y japonesa habrían ocasionado menos ventas de las esperadas y serían las responsables de que la producción se haya detenido.
Diferente es, hasta ahora, la trayectoria de Spot, el conocido como perro-robot de Boston Dynamics -compañía propiedad de Hyundai desde diciembre de 2020-, del que cada vez conocemos más aplicaciones prácticas y que recientemente incluso ha sido probado por el ejército francés para acciones de combate como máquina de reconocimiento.
Más joven que Pipper -se puso a la venta por primera vez en 2019-, y pensando para aplicaciones mucho más prácticas, Spot puede moverse a 1,6 metros por segundo, tiene una autonomía de 90 minutos y está equipado con una gran cantidad de sensores y cámaras que le permiten moverse de forma autónoma si se fija un punto de destino, evitando obstáculos y posibles impactos. Además, puede llevar una carga de hasta 14 kilogramos y se le pueden ir colocando módulos para ampliar su número de funciones. Y, al parecer, también puede bailar.
Fuente: Xataka