El delantero Sergio «Kun» Agüero, futbolista de Barcelona y del seleccionado argentino, padece una patología cardíaca «grave» y crece el pesimismo sobre su eventual regreso al fútbol debido a que su dolencia es incompatible con la práctica deportiva profesional, refleja hoy la prensa catalana.
Según informó Catalunya Radio, en el programa «El Matí», Agüero, de 33 años, ya fue informado acerca de que su cuadro cardiológico, pero para frenar los rumores, el futbolista publicó un mensaje en redes sociales en el que se mostró «siempre positivo» y afirmó que seguirá «las indicaciones de los médicos del club» a la espera de su evolución en un plazo de 90 días.
Ese período de inactividad fue indicado por los doctores luego de que el jugador se viera obligado a abandonar el terreno de juego en el partido con Alavés, el pasado 30 de octubre por la 12ma. fecha de LaLiga española, tras sufrir un malestar torácico que luego fue diagnosticado como arritmia.
«La arritmia es un trastorno del ritmo cardíaco. El ritmo cardíaco normal se origina en un circuito que tiene el corazón y sigue una secuencia de transmisión que comienza en las aurículas y sigue hacia las ventrículas. Los deportistas de elite puede tener arritmias benignas o malignas, en ambas circunstancias necesitan ser controladas. Tener este tipo de eventos cardíacos alterna su capacidad funcional y lo pone en peligro durante la práctica del deporte de alto rendimiento», explicó a Télam Juan Pablo Costabel, jefe de la Unidad Coronaria e Internación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).
La información de Catalunya Radio refleja que los primeros estudios realizados al jugador en este período de observación suponen la existencia de una patología severa.
«Si hablamos de arritmias malignas nos referimos a las ventriculares, que vienen justamente de los ventrículos y no de las aurículas, que suelen tener comportamientos más benignos. En una arritmia ventricular, el disparo de la electricidad cardíaca, en vez de estar originándose en el circuito normal del corazón, surge directamente en una de las fibras del músculo cardíaco a nivel ventricular. El ritmo cardíaco se hace mucho más anárquico, acelerado y no respeta la frecuencia normal», diferenció Costabel.
El jefe del ICBA subrayó la importancia de «conocer el origen de esa arritmia», algo que puede ser de índole «genético» o bien tratarse de «un fenómeno adquirido» sin vinculación con ello.
Esa última posibilidad podría relacionarse con «algún proceso cardíaco inflamatorio que haya tenido en algún momento», presuntamente por la contracción de Covid-19 este año. «Definitivamente, el Covid genera miocarditis como inflamación cardíaca y sin dudas puede derivar en una arritmia, aunque también se supo que Agüero había tenido un episodio de arritmia a los 12 años y eso podría hacer pensar que no tenga nada que ver con la Covid-19», matizó.
El origen de las arritmias ventriculares determina el tratamiento a realizar, que según el caso puede reducir a cero o no la chance de nuevos episodios cardíacos. «Un atleta como Agüero necesita que el tratamiento sea curativo para volver a jugar. Si la terapia no es curativa aumenta la probabilidad de que lo saque de la práctica deportiva», aseguró Costabel.
«¿Por qué? Porque el deporte en sí mismo es un estímulo para la ocurrencia de arritmias y segundo por el impacto que puede tener la arritmia en pacientes que desarrollan actividades de alto rendimiento, eso lo puede llevar a un desmayo con paro cardiorrespiratorio», abundó.
En cuanto a los tratamientos, el especialista de ICBA detalló: «Uno de ellos es el farmacológico y otro la ablación, que es un procedimiento de cauterización para tratar de quemar fibras del corazón en las que se genera la arritmia. Es una intervención que se hace por cateterismo con una punción a la altura de la ingle».
«En el caso de que el tratamiento no sea curativo, lo que se considera es el implante de un cardiodesfibrilador, que es un dispositivo para interrumpir las arritmias», explicó.
Consultado por el momento de su aparición, Costabel expuso: «Agüero es una persona adulta como deportista, porque está más cerca del final de su carrera que del principio; sin embargo, desde el punto de vista del momento en que las arritmias se presentan es joven todavía».
«Hay problemas genéticos que se suelen expresar alrededor de los 25 o 30 años. Puede haber pasado que en todos los estudios por los que pasó a lo largo de su carrera no haya habido resultados concluyentes porque no creo que a ese nivel de profesionalización a alguien se le haya pasado la detección de una falla cardíaca», asumió.
Finalmente, ante la hipótesis de una patología grave, Costabel confió en que «con la interrupción de la práctica deportiva y el implante de un desfibrilador debería tener una buena calidad y cantidad de vida».
Fuente: Telam
