La Confederación Gremial del Trabajo (CGT) define por estas horas, a través de reuniones reservadas, la nueva conducción colegiada para los próximos cuatro años, que será consagrada en las elecciones en Parque Norte, en el marco de un proceso de reunificación que se activó entre distintos sectores de la central.
A esta hora, el debate está centrado en torno a la cantidad de nuevas Secretarías que se sumarán para cumplir con el cupo femenino, algo que es apuntado como un «maquillaje» por una dirigente en el lugar. Mientras tanto, la Comisión de Poderes del Congreso emitió despacho: hay quórum para comenzar con la sesión y la participación asciende a 1.330 delegados.
Los dirigentes que ya tienen su lugar asegurado son Héctor Daer y Pablo Moyano mientras que el tercer puesto lo disputan Antonio Caló, de la UOM, y un hombre de Barrionuevo, Carlos Acuña, actual co secretario general. Desde el entorno del histórico de los gastronómicos todavía muestran malestar por la falta de comunicación que existió en estas semanas para terminar de concretar la unidad y, en pos de no incrementar la tensión interna, el Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio continuaría.
Cupo Femenino
El otro tema que marca parte de las rispideces es el la implementación del cupo femenino para cumplir con al menos el 30% de representación de mujeres en cargos electivos y representativos de asociaciones sindicales. A propósito, distintas fuentes reconocieron ante PERFIL que el tema «generó mucho ruido interno».
Sin embargo, para zanjar las divergencias, la CGT decidió reformar su estatuto interno para cumplir con la normativa sancionada y a esta hora, de acuerdo a lo que pudo saber este medio, el sector de «los gordos», con Daer a la cabeza, negocia la cantidad de Secretarías que se sumarán a las que están operativas. Una de las posibilidades es que aumenten de 25 a 33, y que entre las nuevas estén, por ejemplo, «Ciencia y Técnica», «Turismo», «Juventud» y «Protección de la niñez», entre otras.
Más allá de los cambios, la rama del sindicalismo feminista no está convencida y busca la total equidad. La legisladora de extracción sindical Patricia Mounier, de SADOP, insiste en que “hay un régimen de meritocracia, nos exigen preparación y en cambio para los varones el solo hecho de la antigüedad en un gremio los habilita para estar en la conducción. Las mujeres tenemos que demostrar en que secretaria podemos trabajar, que podemos ofrecer… son varios obstáculos, por eso la participación merma”.
Fuente: Perfil