La inflación alcanzó en octubre el 3,5% y acumuló así en el último año un ritmo de crecimiento de 52,1%, de acuerdo a los datos que dio a conocer este jueves el Indec. De esta manera, en los primeros diez meses del año la suba de precios acumulada llegó a 41,8% y pone presión así a la última proyección oficial, que espera un IPC total para 2021 de 45,1%, según plasmó el Ministerio de Economía en el presupuesto 2022.
La suba de precios se mantuvo así en el mismo nivel que había marcado en septiembre y por encima de los valores de inflación mensuales que el Gobierno esperaba tener a esta altura del año. Hace poco meses atrás en el equipo económico se esperanzaban con llegar a las elecciones con un ritmo inflacionario más cerca del 2 por ciento.
Si bien desde marzo hubo una tendencia de algunos meses de desaceleración de los índices de precios, ese camino se revirtió desde septiembre con un salto inflacionario que llegó el IPC desde el 2,5% que había marcado en agosto hasta 3,5 por ciento. Como respuesta, el Gobierno aceleró, primero, un cambio en las autoridades de la Secretaría de Comercio Interior, encargada de llevar adelante los programas de control de precios.
Y en segundo lugar, puso en marcha una serie de congelamiento de precios de productos de consumo masivo, entre ellos alimentos y productos de limpieza, en una canasta amplia de 1.432 artículos y que no contó con el consenso de las empresas del sector. El programa llevó como nombre Más Precios Cuidados y tendrá vigencia, al menos, hasta el 7 de enero.
Por otra parte, esta semana el Poder Ejecutivo oficializó que mantendrá congelados -en este caso sí con acuerdo de las cámaras fabricantes- los valores de todos los medicamentos bajo prescripción médica, también hasta ese día de enero. No estarán incluidos los remedios de venta libre.
El ministro de Economía Martín Guzmán había advertido hace algunas semanas que el camino de desaceleración de la inflación que comenzó en marzo podía tener un bache, pero una aceleración de precios de esta magnitud puso en alerta al Poder Ejecutivo.
En una entrevista reciente, el ministro de Economía planteó que la inflación “no se puede atacar con un shock” y aseveró que “llevará tiempo ir reduciendo la inflación a los niveles adecuados para el funcionamiento del sistema económico”, dijo.
En ese marco, el Gobierno busca asegurarse de que el 2021 no termine por ser el cuarto año consecutivo en que los salarios terminen por abajo de la inflación. Ese fue el objetivo que se planteó el equipo económico una vez que la proyección de precios que había hecho en el presupuesto -de 29% anual- quedó vetusta.
En lo que va del año, según los datos del Indec, el índice de salarios promedio supera por poco al ritmo de precios, que en los primeros ocho meses acumuló un 32,3% de aumento, mientras los ingresos crecieron nominalmente un 33 por ciento. Hay, de todas formas, realidades distintas hacia el interior de ese número: los empleados registrados privados superan a los precios por cuatro puntos porcentuales, mientras los informales pierden por casi 13 puntos.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, los próximos meses también serán de fuerte presión inflacionaria. A fines de octubre de 2021, los analistas del mercado proyectaron que la inflación minorista volverá a superar el 3% en el décimo mes del año y que para 2021 se ubicará en 50,3% interanual, esto es 2,1 puntos porcentuales por encima de la medición de septiembre.