El tercer mandato de Jorge Milton Capitanich al frente de la provincia del Chaco no arrancó de la mejor manera. A la difícil situación del 2020 a causa de la pandemia de covid 19, se le sumó una crisis económica profunda en el país, que sumergió a la gestión a críticas y reclamo de toda índole.
Como era previsible, las elecciones no iban a ser sencillas, y las PASO dejaron en claro que la sociedad estaba enojada, y no era para menos.
Es que las restricciones del 2020 golpearon a un sector de la sociedad, mientras que otro muy grande (el estatal), continuó percibiendo sus haberes sin tener que concurrir muchas veces al trabajo, lo que equiparaba -medianamente- la falta de reajuste de sueldos. A esto debe agregarse que en ese año, como medidas paliativas, se congelaron tarifas.
Pero con la vuelta a la normalidad, sumado al aumento que tuvieron todas las tarifas, alimentos, nafta, telecomunicaciones y todo lo que se ocurra, golpearon considerablemente el bolsillo de los chaqueños, donde los aumentos claramente no fueron los esperados y el castigo fue en las urnas.
Allí, el Frente de Todos sacó el 38% de los votos, mientras que la coalición de Vamos Chaco en su conjunto alcanzó los 44% (datos redondeados). De hecho, la misma noche de las PASO el gobernador -visiblemente enojado- dijo que habían sido la fuerza más votada, algo que al otro día quedó en claro que era una declaración en caliente.
¿Qué hizo Capitanich? Se cargó la campaña al hombro. Comenzó a brindar beneficios económicos para los diferentes sectores, un nuevo aumento de sueldo a estatales con bono incluido y la reactivación de obras en toda la provincia, fueron un combo que tuvieron correlato en las Generales del 14 de noviembre.
La remontada fue histórica, pasando del 38% de las paso a casi el 45%, lo que permitió no solo ganar las elecciones, sino además tener un poco de aire en la ajustada Legislatura provincial.
Negociaciones
Claro que, en el medio, el gobernador debió hacer algunas concesiones para alinear las filas, o al menos eso es lo que se desprende.
La más visible fue la de dejar la Legislatura en manos de Elida Cuesta, pareja del intendente de Resistencia Gustavo Martínez, con quien siempre hay ciertas dudas respecto a la fidelidad al Frente de Todos.
Asimismo, hubo negociaciones con el Frente Integrador (espacio al que le dieron la vicepresidencia primera de la Cámara de Diputados), ya que necesita de esos votos para la aprobación de proyectos.
Oposición para tener en cuenta
La oposición, con Leandro Zdero a la cabeza, relegó espacios de poder en la Legislatura. No obstante, se consolidó con más fuerza ya que cuenta con más diputados.
Pero, independientemente de eso, en las PASO obtuvo el 44% de los votos y en las Generales el 42%, un piso nada despreciable de cara a la carrera por el 2023, que parece lejano pero está a la vuelta de la esquina.
Estos números obligan a la gestión de Capitanich a no fallar, ya que sabe que un paso en falso puede costarle la gobernabilidad en 2023, cuando se cumplan 16 años ininterrumpidos de gobierno justicialista.
