El papa Francisco encabezó la Misa de Gallo y pidió recordar a los pobres

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El papa Francisco celebró este viernes 24 de diciembre la tradicional Misa del Gallo, primera de las celebraciones litúrgicas previstas en la basílica de San Pedro del Vaticano, ante unos 1.500 fieles.

Francisco conmemoró el nacimiento de Cristo y llamó a atender a los más desfavorecidos, unidad en la Iglesia y dignidad en el ámbito laboral: “¡No más muertes en el trabajo!”, exclamó ante los fieles que regresaron a la basílica de San Pedro.

”Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo. En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el trabajo! Y esforcémonos por lograrlo”, pidió.

Francisco, quien cumplió 85 años la semana pasada, dijo que el niño Jesús nacido en la pobreza debería recordarle a la gente que servir a los demás es más importante que buscar estatus o visibilidad social o pasar toda la vida en busca del éxito.

“Es en ellos (los pobres) donde quiere ser honrado”, dijo Francisco, quien ha hecho de la defensa de los pobres una piedra angular de su pontificado. “En esta noche de amor, que tengamos un solo temor: el de ofender el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferencia. Jesús los ama con cariño, y un día nos recibirán en el cielo”, dijo.

Si él está ahí con nosotros, ¿qué nos falta?”, se preguntó también el Papa durante su homilía. “Entonces, dejemos atrás los lamentos por la grandeza que no tenemos. Renunciemos a las quejas y a las caras largas, a la ambición que deja insatisfechos”, pidió.

“Allí está Dios, en la pequeñez… El creador del mundo, no tiene hogar. Hoy todo se invierte: Dios viene al mundo pequeño. Su grandeza se ofrece en la pequeñez”, continuó Francisco.

Pero Francisco no solo se dirigió en su homilía a los fieles del mundo, sino también a la propia jerarquía del Cristianismo, llamando a la “unidad” y a practicar la caridad.

Porque en el Portal de Belén, explicó, además de los pastores, también están los “eruditos, los ricos y los magos”.

“Queridos hermanos y hermanas, volvamos a Belén, volvamos a los orígenes: a lo esencial de la fe, al primer amor, a la adoración y a la caridad (…) Que Dios nos conceda ser una Iglesia adoradora, pobre y fraterna. Esto es lo esencial. Volvamos a Belén”, instó.

La basílica de San Pedro del Vaticano tiene una capacidad para 20.000 personas, pero redujo notablemente de el aforo hasta los 1.500 fieles, en uno de los ritos más importantes del calendario litúrgico, y que el año pasado lo celebró solo ante unas pocas personas a causa de la pandemia.

La obligación de presentar el certificado de vacunación contra el coronavirus, aplicado a los vacunados o a quienes hayan pasado recientemente la enfermedad, se circunscribió en esta ocasión únicamente a los trabajadores de los dicasterios, organismos y oficinas de la Curia Romana y de las instituciones vinculadas a la Santa Sede, y a los turistas que visiten, por ejemplo, los Museos del Vaticano.

En la misa de esta tarde, además del Papa participó toda la Capilla Papal, lo que suma hasta 120 sacerdotes concelebrantes, según el nuevo sistema de acreditación que la oficina litúrgica ha estrenado el pasado 1 de diciembre para presbíteros y diáconos.

Mañana, como es habitual, Francisco pronunciará su mensaje navideño e impartirá la bendición Urbi et Orbi a las 12:00 en el tradicional balcón central de la Basílica de San Pedro.

Fuente: Infobae.

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