La mayoría de los distritos del país atraviesan, hace varios días, una ola de calor que además aumenta el riesgo de incendios. El Servicio Meteorológico brindó recomendaciones para no sufrir golpes de calor o complicaciones de salud.
Dieciséis provincias se encuentran bajo alerta del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) por las altas temperaturas que desde hace diez días se registran en casi todo el territorio argentino y que, pese a algunas tormentas aisladas, se prevé que continúen por lo menos hasta el martes próximo con marcas térmicas que rondarán entre los 30 y los 40 grados.
Alerta naranja
La ciudad de Buenos Aires, al igual que el centro bonaerense, el centro de Córdoba; oeste de La Pampa y el este de Neuquén se encuentran desde el miércoles bajo alerta naranja, lo que significa que las marcas térmicas pueden tener un “efecto moderado a alto en la salud” y ser “muy peligrosas, especialmente para los grupos de riesgo”.
Asimismo, y luego de superar por tercer día consecutivo la mínima de 22 grados y la máxima de 32,6; la ciudad de Buenos Aires vive oficialmente la primera ola de calor de la temporada, con una temperatura que se espera que alcance los 36 grados y la probabilidad de algunas tormentas y chaparrones aislados durante la tarde.
Alerta amarilla
En tanto, las provincias de Misiones, Corrientes, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San juan, San Luis, Santa Fe y Entre Ríos tienen localidades bajo un alerta por temperaturas extremas de nivel amarillo.
Esta categorización del SMN establece que las marcas térmicas que se registran en los distritos mencionados “pueden ser peligrosas, sobre todo para los grupos de riesgo, como bebés y niños pequeños, mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas”.
Cindy Fernández, meteoróloga del organismo, precisó que “el ingreso de un frente frío leve” en el territorio argentino provocará algunas lluvias y chaparrones aislados en la región central del país, sin embargo, las marcas térmicas continuarán “elevadas”.
En este sentido, precisó que el promedio de temperaturas en el norte argentino rondará entre los 35 y 40 grados, mientras que en la región central es probable que oscile entre los 30 y los 35.
El viernes 31 “será una jornada muy soleada durante la primera parte del día, en tanto en la segunda, está previsto un cielo con algo de nubosidad, y hacia la noche, madrugada del sábado hay una baja probabilidad de tormentas y chaparrones aislados para el norte de la provincia de Buenos Aires; norte de La Pampa; centro y sur de Córdoba; sur de Santa Fe y sur de Entre Ríos”, precisó la especialista.
Asimismo, detalló que la región patagónica tendrá una jornada “con algo de nubosidad y condiciones de a momentos soleadas, con algunas lluvias y lloviznas en Bariloche, Esquel, este de Río Negro”.
Más de dos semanas de intenso calor
Desde el 17 de diciembre pasado las altas temperaturas afectan al norte argentino donde durante varios días se superaron los 40 grados y se vivieron las primeras olas de calor de la temporada en algunas ciudades, como en Iguazú (Misiones) donde este fenómeno persistió durante seis días.
Una semana después las marcas térmicas agobiantes se extendieron a la región central de la Argentina y desde entonces desde el norte patagónico hasta el norte del país se registran temperaturas que superan los 30 grados, con escasas precipitaciones, situación que se espera que continúe, por lo menos hasta el martes próximo.
Fernández explicó que, ante este escenario, el sistema de alerta temprana por temperatura extrema establece una clasificación para que las autoridades de los distintos distritos y la población estén informados con anticipación y para determinar como actuar.
En este sentido, la especialista destacó la importancia de seguir las recomendaciones de las carteras sanitarias locales o nacionales, «fundamentalmente cuidando a la considerada población de riesgo, para evitar los golpes de calor».
Ante la persistencia de las altas temperaturas el Ministerio de Salud de la Nación emitió un comunicado con recomendaciones: «tomar agua con mayor frecuencia, consumir frutas y verduras; evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso, así como las comidas abundantes y la actividad física intensa»
También aconsejó «contar con teléfonos de emergencias por si alguna descompensación ocurriera en el hogar y/o en la vía pública” y enfatizó en la importancia de ofrecerle continuamente líquidos a los niños -preferentemente agua o jugos naturales- y, en el caso de lactantes darles el pecho de manera más frecuente».
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Fuente: Télam.