El abuso sexual seguido de femicido que conmociona a la provincia y el país tiene como víctima a Yoselí, una pequeña de 11 años. Su primo es el principal acusado, y tanto testigos como pruebas lo comprometen seriamente.
Juan Carlos «Pelado» Rodríguez, de 24 años, se presentó ante el juez Alberto Caballero temblando y llorando, según El Diario de Cuyo. El hombre es el único acusado por la violación y crimen de su propia prima, Yoselí Ailén Rodríguez Pereyra, de 10, el pasado 1 de enero en Sarmiento, San Juan.
Acompañado por Hugo Trigo, su defensor oficial, Rodríguez se presentó en la audiencia asegurando que no tiene antecedentes y que trabaja en una cocina de Media Agua, la localidad en la que, según se sospecha, atacó a Yoselí en un descampado para luego abandonar su cuerpo entre malezas y ocultar el cuchillo que habría usado para cometer el delito.
Luego de eso, comenzó a hablar el fiscal coordinador de la UFI Delitos Especiales, Iván Grassi, quien aseguró al Juez: «El relato estremece hasta las entrañas. Después del festejo, la menor se fue a dormir a casa de su tía, ubicada en el mismo predio de su vivienda. Momentos más tarde, el primo -haciendo referencia a Rodríguez- ingresó a la vivienda de su mamá, donde dormía la menor, aprovechó esa situación y con grave desprecio al género la sacó del lugar para llevarla 80 metros al Este hasta un descampado. Allí la accede vaginal y analmente y la apuñala 11 veces en cuello y rostro. Después la arrastra 5 metros al Sudeste, la deja semidescubierta, esconde el cuchillo y huye».
Para continuar, el Fiscal se refirió a los relatos de los testigos. Comentó que, «alcoholizado, a las 6 se fue a la casa de la mamá. Lo vieron llegar con manchas de sangre y dijo ‘me la mande’, según relató un familiar a la Fiscalía». Y agregó: «Una mujer lo vio a las 7, y dijo que se metió al canal con sangre en las manos. También lo observó regresar del descampado un hermano, quien dijo que estaba descalzo, con tierra y sangre. A él, el imputado le aseguró que se había agarrado a pelear. Estaba muy nervioso».
Más contundente aún, Grassi reveló que un testigo oyó al hombre decir: «Me la mandé, la maté». Y afirmó que, las pericias indican que, «el imputado puede entender la criminalidad de sus actos».
En ese contexto, pidió la calificación del caso como «abuso sexual con acceso carnal con homicidio triplemente agravado, por alevosía, criminis causa y violencia de género».