A partir de este lunes el pan tendrá aumentos que rondarán entre el 20% y 25%, de acuerdo a las estimaciones de productores y cámaras del sector panaderil. También habrá incrementos de los precios de otros productos derivados, como consecuencia de la suba en los costos de las materias primas.
Así lo anticipó el presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires, Raúl Santoandré. «En las últimas semanas hubo aumentos en el combustible, en los servicios y en muchas de nuestras materias primas» por lo que no les queda «otra alternativa» que trasladar las subas a los precios al consumidor, explicó.
Por qué aumenta
En las últimas semanas varias materias primas esenciales utilizadas en la fabricación de panificados tuvieron saltos en los precios, como los huevos (+ 30%), el azúcar (+33%) y la levadura (+35%).
De este modo, se estima que a partir de mañana lunes 14 de febrero, el kilo de pan pasará a valer entre $240 y $300 promedio en una panadería.
El pan francés, por ejemplo, de acuerdo con las últimas mediciones del Indec sobre inflación ya acumuló una suba superior al 48%. En diciembre del 2020 el kilo costaba alrededor de $ 120 el kilo y podría registrar una aumento del 100% en su valor.
En tanto, los fabricantes y representantes de las cámaras panaderiles explicaron que la docena de facturas, otro de los productos de mayor consumo, tendrá un costo promedio de $600.
Además del aumento en los costos en las materias primas, hubo otros incrementos que impactaron fuertemente y «obligan» a los panaderos a trasladarlos al precio final.
«También subieron los alquileres y la carga tributaria es muy alta», a lo que se suma el incremento en combustibles y la logística de distribución, remarcó Santoandré en declaraciones a Radio Rivadavia.
Qué otros alimentos subirán
Esta vez, los aumentos no se producen de manera aislada. Y son más elevados que la inflación promedio. Impactantes porque pegan directamente en el poder adquisitivo de la población. Esos incrementos llegan al 50% en el precio de los huevos. Al 20% y hasta 25% en el kilo de pan. En un porcentaje similar para la yerba. Al 17% en el pollo. Y entre 5% y 10% en la media res de carne, que tendrá un traslado inmediato al público.
En una economía que sufre de una dinámica inflacionaria muy alta -superior al 50% anual- es muy difícil identificar las causas de los incrementos, que básicamente se vinculan con esa realidad.
Es cierto: hay particularidades. De hecho, en el caso de la yerba, el azúcar, los lácteos y hasta el arroz, las fuertes remarcaciones tienen que ver con la ola de calor, la sequía persistente y los incendios en algunas zonas del país, que destrozaron buena parte de la producción.
También, claro está, hay fundamentos en la realidad internacional: los precios de las materias primas mantienen una tendencia alcista. En las últimas horas, la tonelada de soja superó los u$s580, un valor históricamente alto.
Ese escenario, que beneficia a la Argentina por el valor de sus exportaciones, termina perjudicando por el impacto del precio de los alimentos en el mercado interno. No es un fenómeno distinto al que sufren otros países, que también conviven con una inflación irregularmente elevada. En la Argentina, todo empeora por la propia dinámica inflacionaria, que se mantiene en los dos dígitos desde el lejano año 2006.