El directorio del FMI (board) dio el visto bueno al acuerdo con la Argentina presentado por los técnicos (staff) y las negociaciones se encaminan a la aprobación final, lo que resolvería el pago pendiente de u$s2.800 millones del próximo 22 de marzo y el default.
A cambio, el Gobierno nacional deberá garantizar la sanción de una ley y la inclusión del acuerdo con el FMI en un marco legal con el mayor de los respaldos políticos posibles.
«Ayer hubo una reunión del staff, son todos pasos hacia el acuerdo. El Gobierno está llevando al mismo tiempo el diálogo directo con diferentes países que forman parte del board. Estamos dando pasos en el buen sentido hacia el mejor acuerdo posible de la mayor deuda contraída No es la mejor solución nunca, es la mejor solución posible a un problema que heredamos de Mauricio Macri», dijo este jueves la portavoz Gabriela Cerruti en conferencia de prensa.
Durante la reunión en Washington, que se hizo virtual y presencial, el staff realizó una actualización de la posible habilitación a que el país reciba un préstamo de más del 100% de su cuota anual, un paso necesario para refinanciar el multimillonario crédito que tomó Macri por casi u$s45.000 millones.
Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunciaron semanas atrás un principio de acuerdo con el FMI sobre algunos ejes centrales del programa de Facilidades Extendidas que se negocia para reemplazar el fallido stand by de 2018. La secretaría Legal y Técnica, Vilma Ibarra, tiene listo el texto. Sin embargo, todavía quedan pasos por dar.
Durante casi cuatro horas los miembros del directorio que representan a cada país integrante del Fondo escucharon a Julie Kozack y Luis Cubbedu, los responsables de explicar la letra chica del acuerdo. Luego, hubo una ronda de preguntas. Las dudas pasaron por factibilidad del compromiso fiscal que deberá asumir la Argentina, el nivel de crecimiento estimado y cómo hará el país para cumplir las metas asumidas. El negociador argentino Sergio Chodos estuvo allí para defender la postura y ofrecer confianza.
Para poner en números: en 2022 el Gobierno deberá bajar el déficit de cerca del 3% del PBI a 2,5%, es decir un ajuste de 0,5 puntos del Producto. A pesos y tamaño del PBI de hoy, esto implicaría unos $235.000 millones. Todos los cañones apuntan a los subsidios.
Pero Ámbito también reveló que el documento en discusión señala un crecimiento estimado de entre 3,5% y 4,5% en 2022. Sin embargo, las proyecciones para los años subsiguientes incluidas en la carta de intención, podrían generar alguna pregunta, ya que el crecimiento estimado (y buscado) de la Casa Rosada, en promedio, por año, será de 1,7% a 2,2% anual, es decir, un crecimiento bajo. Este “aterrizaje” proyectado en la actividad -que seguramente será el encargado de conservar los dólares para acumular en las reservas y comenzar a pagar- se hará, al mismo tiempo, sostienen, reduciendo la inflación, en una brecha que iría entre 35 y 45% aproximadamente para fines de 2022. La promesa que Guzmán girará al Congreso dirá que, en sus planes, estará el compromiso de reducir la inflación 5% por año con fecha de “llegada” en 2024.
Los dos expositores ante el FMI se mostraron confiados que en los próximos días se anuncie oficialmente la aceptación del directorio al acuerdo. Luego, será el turno del Congreso nacional y el debate parlamentario. Sin esa ley, el 22 de marzo Argentina caerá una vez más en default.
Fuente: Ámbito.-