Este domingo 17 millones de ciudadanos chinos volvieron al confinamiento estricto producto del incremento de casos de coronavirus en la región.
Se trata de la ciudad de Shenzhen donde se registraron un total de 66 nuevos contagios, la medida fue tomada en el marco de sus políticas de «cero covid».
Por tal motivo se cerraron escuelas, transporte, centros comerciales y se registraron días y horarios para que las personas puedan salir de sus hogares a realizar las compras básicas. A su vez se programan testeos masivos en toda la ciudad para focalizar las medidas de expansión del virus.
Yanji, una urbe de 700.000 habitantes en la frontera norcoreana, también entró en cuarentena. Y en la ciudad de Jilin, los habitantes de centenas de barrios fueron confinados parcialmente, anunció el domingo un responsable municipal.
El domingo, la ciudad reportó más de 500 casos de la contagiosa variante ómicron.