El papa Francisco afirmó hoy que «otras armas y otras sanciones» no son la «verdadera respuesta» a la «vergonzosa» guerra iniciada en Ucrania tras la invasión rusa hace un mes y reclamó que haya una «forma diferente de gobernar el mundo».
«Queridas amigas, ahora está claro que la buena política no puede venir de la cultura del poder entendida como dominación y opresión, sino sólo por una cultura del cuidado, cuidado personal y su dignidad y el cuidado de nuestra casa común», dijo el pontífice en una audiencia en el Vaticano con una delegación del Centro Femenino Italiano.
«Desgraciadamente, la vergonzosa guerra que estamos presenciando lo demuestra», agregó Jorge Bergoglio.
Al cumplirse un mes del inicio de la invasión de Rusia, el Papa consideró que «es insoportable para los que son de mi generación ver lo que pasó y está pasando en Ucrania».
«Pero desafortunadamente esto es fruto de la vieja lógica de poder que aún domina la llamada geopolítica. La historia de los últimos setenta años lo prueba: guerras regionales nunca han faltado, hasta ésta, que tiene una dimensión mayor e amenaza al mundo entero», agregó.
Para el Papa, de todos modos, «el problema básico es el mismo: se continúa gobernando el mundo como un tablero de ajedrez, donde los poderosos estudian las jugadas para extender el dominio en detrimento de los demás».
«La verdadera respuesta, por tanto, no son otras armas, otras sanciones, otras alianzas político-militares, sino otro enfoque, una forma diferente de gobernar el mundo, ahora globalizado, y de establecer las relaciones Internacionales», planteó, mientras un grupo de países liderados por Estados Unidos y la Unión Europea prepara nuevos bloqueos a la economía de Moscú y una nueva provisión de armas a Kiev.
«Me dio vergüenza cuando leí que un grupo de Estados se han comprometido a gastar el 2 por ciento del PBI para comprar armas, como respuesta a lo que ahora es: una locura», criticó luego, en referencia implícita a la decisión de Alemania de aumentar su gasto en armamento.
El rechazo del Papa a las armas y sanciones se da además en un contexto en el que el pontífice planteó dentro del Vaticano su preocupación por una posible amenaza nuclear a nivel global si se produce una escalada en el conflicto ucraniano.