Ucrania dijo hoy que Rusia redobló una ofensiva en el este y atacó varias localidades en un intento de rodear a tropas ucranianas, mientras que el secretario general de la ONU, António Guterres, visitó localidades de la periferia de Kiev donde se hallaron cuerpos de civiles asesinados luego de la retirada de fuerzas rusas que las ocuparon.
La Fiscalía General de Ucrania, en tanto, inculpó a diez soldados rusos por presuntos crímenes de guerra cometidos en Bucha, una de las localidades donde estuvo Guterres y donde Ucrania afirma que tropas rusas cometieron masacres deliberadas de civiles, cuyos cuerpos fueron hallados tirados en las calles o enterrados en fosas comunes.
La guerra entró recientemente en una nueva fase con una ofensiva rusa en la región del este ucraniano conocida como Donbass tras el repliegue de Kiev, y ayer Rusia abrió otro frente al cortar el envío de gas a Polonia y Bulgaria, países de la Unión Europea (UE) y la OTAN, en respuesta a sanciones que Occidente le aplicó por la invasión.
La UE acusó a Rusia de «chantaje» y dijo que la decisión, junto con una advertencia rusa de que podría suspender los suministros a otros países europeos, era un fallido intento de dividir a Occidente en su respuesta a su ofensiva en Ucrania.
El Kremlin, por su parte, dijo que no se trataba de un chantaje, sino una respuesta a las sanciones económicas occidentales por las cuales varios países se apropiaron de reservas rusas en monedas fuertes depositadas en cuentas bancarias en el extranjero.
La compañía estatal de gas rusa Gazprom apuntó que dejó de enviar gas a Polonia y Bulgaria porque se negaron a pagarlo en rublos, la moneda rusa, como exigió el presidente Vladimir Putin en repuesta a las sanciones occidentales.
Estados Unidos y sus aliados europeos han dado toneladas de armas a Kiev y prometido más, incluso Alemania, que al principio se negaba. De hecho, el Parlamento alemán aprobó hoy una moción del Gobierno para transferir a Ucrania también armamento pesado, luego de que Berlín dijera que iba a entregarle tanques antiaéreos.
Ayer, la canciller británica, Liz Truss, pidió a Occidente proporcionar a Kiev armas pesadas, incluyendo aviones y tanques.
«Esta tendencia de inundar Ucrania de armas, especialmente armas pesadas, son actos que amenazan la seguridad del continente y provocan inestabilidad», dijo hoy el vocero de Putin y del Kremlin, Dmitri Peskov.
En Bucha, Guterres inspeccionó fosas comunes e instó a Moscú a cooperar con la investigación internacional sobre presuntas atrocidades cometidas en Ucrania que lleva adelante la Corte Penal Internacional (CPI), único tribunal internacional que juzga a individuos por crímenes de guerra, contra la humanidad o genocidio.
«Cuando vemos este lugar horrible, entiendo cuán importante es tener una investigación completa y establecer las responsabilidades. Insto a Rusia a cooperar con la CPI», expresó.
En un comunicado, la Fiscalía General de Ucrania dijo que los diez soldados rusos inculpados de crímenes en Bucha pertenecen a la 64ª brigada de fusileros motorizados y «son investigados en vinculación con el trato cruel de civiles y otras violaciones de la ley y costumbres de la guerra».
Según la fiscalía, los militares rusos tomaron de rehenes a civiles desarmados mientras ocuparon Bucha, en marzo, y no les dieron de comer ni de beber, informó la agencia de noticias AFP.
«Los sospechosos los hicieron poner de rodillas, les vendaron los ojos con tela y papel autoadhesivo, les ataron las manos con cintas plásticas, y amenazaron con matarlos disparando de manera deliberada en su dirección», agregó la nota.
La visita de hoy del secretario general de la ONU es la primera que realiza a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero. Por la tarde tenía previsto verse en Kiev con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Antes de ir a Ucrania, Guterres estuvo esta semana en Moscú y se reunió con Putin, a quien pidió colaborar con la ONU para permitir la evacuación de los civiles de zonas de combate en Ucrania, sobre todo de la sureña ciudad de Mariupol, ubicada en el Donbass.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania dijo hoy en un comunicado que Rusia aumentó el ritmo de su ofensiva en Donetsk y Lugansk, las dos provincias que forman el Donbass, y continuó con sus ataques en la vecina provincia de Jarkov.
Las fuerzas rusas “están ejerciendo fuego intenso” en casi todas las direcciones, dijo la nota, que agregó que la mayor intensidad de las acciones era cerca de la ciudad de Jarkov, cuya captura es clave para el intento ruso de encerrar a las tropas ucranianas.
Serhiy Haidai, el gobernador de Lugansk, informó que el Ejército ruso bombardeó zonas residenciales de esa provincia «29 veces con aviones, múltiples lanzamientos de cohetes, artillería de tubo y morteros”. Cuatro civiles murieron y cuatro más resultaron heridos en los ataques en las últimas 24 horas, agregó.
Tras replegarse de Kiev, a fines de marzo, Rusia anunció una ofensiva para «liberar» el Donbass, donde separatistas prorrusos alzados en armas desde 2014 han proclamado «repúblicas» cuya independencia fue reconocida por Moscú antes de invadir a Ucrania.
La captura de Mariupol, anunciada por Rusia la semana pasada, es clave para el éxito de la operación, porque establece un corredor terrestre que, pasando por el Donbass, va desde el suroeste de Rusia hasta Crimea, la sureña península ucraniana que Moscú se anexionó en 2014.
De Crimea proceden las fuerzas rusas que pelean en el frente sur de Ucrania.
Mariupol está devastada tres semanas de bombardeos. Autoridades dicen que quedan allí apenas 100.000 personas, de las 450.000 que había antes de la guerra, sin agua corriente y con muy pocos alimentos y medicamentos.
Unos 2.000 combatientes ucranianos, los últimos presentes en la ciudad, permanecen atrincherados en una planta siderúrgica junto a varios cientos de civiles, rodeados por el Ejército ruso.
A pedido de Guterres, un equipo de las Naciones Unidas partió hoy de Kiev a la sureña ciudad de Zaporiyia para «preparar» una posible evacuación de civiles de Mariupol, anunció la coordinadora humanitaria de la ONU en Ucrania, Osnat Lubrani.
Intentos previos de sacar a civiles de Mariupol fracasaron por falta de acuerdo entre Ucrania y Rusia sobre las rutas de evacuación y otras cuestiones.
Fuente: Télam