El papa Francisco dijo que busca «ir a Moscú a encontrar a (Vladimir) Putin» para pedirle al presidente ruso que frene la guerra iniciada a fines de febrero con la invasión a Ucrania, al tiempo que reiteró que por el momento no visitará Kiev y advirtió que «los ladridos de la OTAN» cerca de las fronteras rusas pudieron haber «facilitado» el origen del conflicto.
«A Kiev por ahora no voy. Antes debo ir a Moscú, encontrar a Putin», dijo el pontífice en una entrevista publicada hoy por el Corriere della Sera al ser consultado sobre un posible viaje suyo a la capital ucraniana.
En la entrevista, el Papa reveló que le pidió al cardenal secretario de Estado Pietro Parolin «después de veinte días de iniciada la guerra, que haga llegar el mensaje a Putin de que estoy dispuesto a ir a Moscú. Era necesario que el líder ruso concediera alguna ventana».
«No hemos tenido hasta ahora respuestas y estamos insistiendo», remarcó y consideró que «Putin no puede y no quiere hacer el encuentro en este momento».
«Incluso yo soy solo un sacerdote. ¿Qué puedo hacer? Hago lo que puedo. Si Putin abriera la puerta…», se esperanzó.
Al hacer un recorrido por las acciones emprendidas por la Santa Sede desde el 24 de febrero, Francisco afirmó que llamó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, «el primer día de la guerra» y que luego quiso «hacer un gesto claro que viera todo el mundo» con su visita de ese día a la embajada rusa ante el Vaticano.
Al analizar las posibles causas del conflicto, Jorge Bergoglio planteó que «los ladridos de la OTAN en las puertas de Rusia» indujeron a Putin al conflicto, en referencia a la supuesta expansión de la Organización del Atlántico Norte, de perfil pro-estadounidense, hacia los países fronterizos con Rusia.
El de Putin, para el Papa, «es un enojo que no sé decir si fue provocado, pero quizás sí facilitado».
Al mismo tiempo, Francisco no mostró un respaldo pleno a la entrega de armas a Ucrania ya que consideró que «lo que está claro es que en esta guerra se están probando armas».
«Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se hacen para esto: para probar las armas que hemos producido», denunció.
En un marco de crítica al belicismo, el Papa cerró además la puerta a cualquier encuentro por el momento con el patriarca ortodoxo ruso CIrilo, aliado de Putin, con quien tenía «un encuentro ya en agenda el 14 de junio en Jerusalén».
«Hablé con él 40 minutos por Zoom. Los primeros veinte con un papel en la mano me leyó todas las justificaciones de la guerra. Lo escuché y le dije que de eso no entiendo nada. El Patriarca no puede transformarse en el monaguillo de Putin», advirtió Francisco.
De cara al futuro, Francisco contó en la entrevista que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, le planteó hace dos semanas, durante una visita privada, que «los rusos tienen un plan y que el 9 de mayo terminará todo».
«Espero que sea así, así se entendería la escalada de estos días. Porque ahora ya no es solo el Donbass, es Crimea, es Odesa, es sacarle a Ucrania el puerto del mar Negro. Es todo», criticó el Papa sobre los últimos objetivos militares de la invasión.
«Yo soy pesimista pero debemos hacer lo posible para que la guerra se termine», sostuvo.