Al menos 46 cadáveres fueron encontrados en un tráiler de un camión abandonado en Texas, en Estados Unidos. Las autoridades suponen que se trata de migrantes que cruzaron de manera ilegal para luego dispersarse por Estados Unidos, según informó The New York Times. De acuerdo a los datos que proporcionaron fuentes de la policía de San Antonio y a informantes locales “no están claras” las causas de la muerte. Sin embargo, una de las hipótesis apunta a que podrían haber fallecido como consecuencia de las altas temperaturas mientras viajaban hacinados y encerrados.
El Departamento de Bomberos de San Antonio dijo que otras 16 personas fueron encontradas dentro del remolque con vida y trasladadas al hospital por insolación y agotamiento, entre ellas cuatro menores de edad. Los pacientes estaban calientes al tacto y deshidratados, y no se encontró agua en el vehículo, informó el jefe de bomberos Charles Hood.
El alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, dijo que los 46 fallecidos tenían “familias que probablemente trataban de encontrar una vida mejor”. Y describió: “Esto no es nada menos que una horrible tragedia humana”.
Las personas que iban a bordo del camión formaban parte de un presunto intento de contrabando de migrantes y el área de Investigaciones de Seguridad Nacional estaba llevando a cabo una investigación, indicaron. Tres personas fueron detenidas, pero aun no está claro si estaban relacionadas con el tráfico de personas, agregó el jefe policial.
“Parece que habían sido parte de una posible operación de contrabando de personas (…) habían estado allí durante quizás un par de días. No habían sido alimentados ni cuidados. No les habían dado agua ni comida ni nada por el estilo y obviamente estaban tratando de conseguir ayuda”, detalló el subjefe de la Policía de San Antonio, Eric Hightower, en declaraciones recogidas por News 4 San Antonio.
Rápidamente, el gobernador de Texas Greg Abbott culpó por las muertes al presidente de Estados Unidos, Joe Biden. “Estas muertes son consecuencia de su política de fronteras abiertas. Muestra las consecuencias letales de no querer aplicar la ley”, escribió en su cuenta de Twitter.
En los últimos meses se ha registrado un número récord de cruces de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, lo que ha desatado críticas a las políticas migratorias del presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden.
Poco después de que se conociera la noticia, la cadena KSAT reportó que varios vehículos de la policía y ambulancias se desplegaron en Quintana Road en el lado sudeste. Oficiales de la Patrulla de fronteras arribaron a las 20 hora local.
El hecho ocurrió a 240 kilómetros de la frontera con México. Según explicó el Times, el ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, confirmó que un cónsul se dirigía a la escena, a pesar de que aún no estaba claro cuál es la nacionalidad de las víctimas fatales.
Las autoridades aclararon que los migrantes están expuestos en esta época del año a altas olas de calor, a la deshidratación y la muerte. Este lunes, las temperaturas en el exterior alcanzaban casi los 40 grados. Y las personas encontradas sin vida estaban dentro de un contenedor. “El lugar en el que fue encontrado el tráiler es un punto usualmente utilizado como parada para dejar inmigrantes”, informó el Times.
Un funcionario del departamento de bomberos dijo que no había niños entre los muertos. Y, más tarde, Ebrard sostuvo que entre los menores hospitalizados hay “dos guatemaltecos”.
Las temperaturas en San Antonio, que está a unos 250 kilómetros de la frontera con México, llegaron el lunes a 39,4 grados en una jornada de alta humedad.
En julio de 2017, diez migrantes murieron después de ser transportados en un tráiler que fue descubierto por la policía de San Antonio en un estacionamiento de Wal-Mart. El conductor, James Matthew Bradley, Jr, fue condenado al año siguiente a cadena perpetua por su papel en la operación de contrabando.
Los trailers se volvieron un método popular de contrabando en los primeros años de la década de 1990, tras el incremento en la vigilancia fronteriza en San Diego y El Paso, Texas, que en aquella época eran los corredores más transitados por los migrantes que entraban de manera ilegal en Estados Unidos.
Antes de eso, la gente pagaba cuotas pequeñas a operadores improvisados para que les ayudaran a cruzar la frontera, que entonces estaba menos vigilada. Luego de que los cruces se tornaron más difíciles tras los atentados terroristas del 11S, los migrantes fueron conducidos a través de regiones más peligrosas y a cambio de miles de dólares.