Desde el año pasado, las condiciones en la industria agrícola son históricamente favorables y esto obliga a los productores a renovar las sembradoras de grano fino. Pero, si bien la maquinaria nueva fabricada con última tecnología aumenta el rendimiento productivo, no siempre es la que más conviene incorporar.
La investigación y el desarrollo tecnológico han generado la aparición en el mercado de maquinaria agrícola de muy buena calidad y larga durabilidad. Pero, esta situación, no sólo provocó la oferta de herramientas usadas en excelente estado, si no la baja en su precio. Y esto reviste una valiosa ventaja para los productores, porque pueden renovar sus recursos y adquirir nuevos con pocas horas de uso, buen estado y un costo accesible.
¿Qué tener en cuenta a la hora de renovar una sembradora?
Al momento de comprar una máquina para sembrar el grano fino es vital analizar las ventajas y desventajas de las nuevas respecto de las usadas. Y también estudiar dónde comprarla, no sólo por las garantías ofrecidas, si no por las facilidades de pago y los costos de traslado.
En este punto, es recomendable hacer la transacción a través de una agencia concesionaria con trayectoria y de confianza. No sólo cuentan con variedad y calidad de sembradoras usadas en venta, si no que ofrecen diversos modos de pago y la posibilidad de financiar parte o la totalidad de la máquina. Finalmente, hay que tener en cuenta la distancia del punto de venta para evitar altos costos de traslado.
En cuanto a su utilidad, ya sea una sembradora nueva o una maquinaria usada, tiene que ser la adecuada para la actividad en la que va a emplearse. Del tamaño del grano que se va a sembrar dependerá el tipo de máquina que se necesita. De elegir una usada, hay que contemplar el mantenimiento y los posibles repuestos a reemplazar. Además de las partes que vale la pena adquirir con uso, según su funcionalidad.
Funciones y tipos de sembradoras
Luego de preparar la tierra y realizar los orificios y zanjas necesarios, la sembradora es la maquinaria agrícola que se emplea para disponer en ella los granos y las semillas. La máquina cuenta con una tolva, distribuidores y dosificadores, los responsables de ubicar cada grano y semilla en su lugar. Las sembradoras se pueden clasificar según el tipo de siembra.
Sembradora a voleo
Es una máquina de construcción simple. Coloca las semillas o granos de manera uniforme sobre el terreno y luego los entierra. Las centrífugas pueden repartir de manera precisa, pero consumen semillas en exceso. Las de descarga libre, liberan la semilla a corta altura y la entierran sutilmente.
Sembradora en líneas o chorrillos
Es aquella que genera los surcos, dosifica y coloca las semillas en ellos, las entierra y comprime la tierra que las rodea.
Sembradora a golpes
De forma intermitente y a una distancia constante, esta sembradora coloca una cierta cantidad de semillas o granos en cada línea de siembra.
Sembradora monograno
Por sus mecanismos de distribución, se usan para desarrollar la siembra individual. Tienen la capacidad de regular la colocación de una o más semillas. Su empleo en la siembra, genera líneas paralelas y totalmente uniformes, logrando eficiencia y ahorro de semillas.
Las tolvas usadas: una opción a considerar
Una tolva es una especie de contenedor de forma cónica, tipo embudo, confeccionado de material liviano pero resistente, antiabrasivo y antiadherente. Tanto en el campo como en la construcción, se utiliza para almacenar sustancias líquidas o granuladas. Su función es contener y dosificar materiales difíciles de manipular como semillas, fertilizantes, arena o alimento balanceado.
En la sembradora, las semillas y los fertilizantes se almacenan en la tolva antes de ser depositados en la tierra. En general, la máquina cuenta con dos o tres de estos contenedores. De su capacidad depende la autonomía de la sembradora y de su estado, la correcta dosificación en el trabajo de sembrado.
El mercado ofrece tolvas usadas en buen estado y a un precio considerable y atractivamente más barato que las nuevas. Sólo hay que corroborar que el material que recubra su interior sea resistente y no tenga filtraciones. De esta manera, garantizará su función de depósito y contención