Un proyecto de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE avanzó en el diseño y construcción de un prototipo de sistema de revestimiento con sustratos con vegetación para paredes y techos aplicables a edificaciones de la región, como estrategia de optimización energética. Se considera que la propuesta posee factibilidad tecnológica y viabilidad económica.
Las “infraestructuras verdes” toman como eje de diseño e implementación a los sistemas de vegetación para incorporarlos a los elementos urbanísticos y paisajísticos.
Se trata de una estrategia que plantea la incorporación de envolventes naturadas como revestimientos verticales y horizontales de las edificaciones, dado que constituyen la piel a través de la cual los edificios realizan su intercambio energético entre el ambiente interior y exterior.
Las “pieles verdes modulares” son sistemas tridimensionales, formados por contenedores, enrejados o paneles con su respectiva estructura portante, permitiendo que se acoplen a las tipologías de las fachadas, pudiendo sus maceteros encontrarse de manera horizontal, vertical o bien inclinados.
Desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE (FAU) hace varios años se viene abordando la temática de los “techos y paredes verdes” a través de las actividades académicas y científicas, con enfoque en las posibilidades de implementación para la región nordeste del país.
Como un aporte concreto para promover este tipo de estrategias ambientales, un proyecto de un equipo interdisciplinario del Instituto de Investigaciones Tecnológicas para el Diseño Ambiental del Hábitat Humano (ITDAHu) de la FAU-UNNE, posibilitó el diseño y construcción de un prototipo de piel verde modular para rehabilitación energética de obras.
El prototipo, denominado “plantAR”, constituye una piel verde modular de diseño propio de autor, factible de ser empleado como revestimiento vertical (paredes) y horizontal (cubiertas), recomendado especialmente para exteriores con asoleamiento medido.
El proyecto está a cargo de la Arquitecta Florencia Belén Galizzi, con la dirección de la Dra. Arq. Claudia Pilar y la co-dirección del Dr. Daniel Vedoya.
El prototipo desarrollado fue postulado para su exposición en la Edición 2022 del concurso INNOVAR.
DETALLES DEL SISTEMA
El paquete constructivo propuesto desde la UNNE está formado por tres componentes.
Un “bastidor modular” con listones de 1×1 de madera virgen, tratada y curada en autoclave; un “módulo verde” que contiene la capa impermeable, (policlorulo de vinilo), seguido de la capa de separación (membrana asfáltica), capa de plantación con sustrato, especies vegetales y contención del sustrato; y las “especies vegetales”.
En el caso de las especies vegetales se opta por utilizar crasas, también conocidas como suculentas. Sus raíces, tallo u hojas se han engrosado para permitir el almacenamiento de agua en cantidades mayores. Esta adaptación les permite mantener reservas de líquido durante períodos prolongados, prescindiendo del riego y tolerando el mínimo espesor de sustrato presente en las bandejas de plantación.
Todos los componentes del prototipo implican traslados mínimos de poco volumen y bajo peso, conformando un proceso de prefabricación liviana ya que de la fábrica fija son distribuidos directamente a los puntos de montaje.
Son materiales de construcción de fabricación local y la distancia de traslado es mínima, por lo que se disminuye también la huella de carbono, incentivando la economía local de los viveros, ferreterías y corralones.
El prototipo se fabricó en escala real, en presentaciones de uno, dos y tres módulos, y se realizó un estudio de costos para verificar la viabilidad desde el aspecto económico.
“Consideramos que la propuesta posee factibilidad tecnológica y viabilidad económica” destaca la Arq. Galizzi.
Comentó que si bien existen en el mercado distintas presentaciones de “pieles modulares verdes” el objetivo fue proponer un prototipo adaptado a la región, en cuanto a sus posibilidades de fabricación, distribución y comercialización, así como de un sustrato verde adaptado a las condiciones de esta zona del país.
Para el equipo a cargo del proyecto, el prototipo resulta un mecanismo práctico, flexible y ecológico para reverdecer edificios y aportar sustentabilidad visual en la conformación del espacio urbano, encontrándose apto para la validación en distintos contextos y la verificación por parte de los usuarios.
“El desafío de proponer algo innovador se desenvuelve cumpliendo parámetros de deseabilidad, viabilidad y factibilidad” indicó Gallizi.
POTENCIAL
En cuanto al potencial de implementación del sistema de pieles verdes en la región, exponen la factibilidad de aplicación en obras nuevas como remodelaciones y rehabilitaciones energéticas y eficaz aislamiento higro-térmico-acústico gracias a la capa de sustrato en combinación con la aislación térmica e hidráulica.
El prototipo propuesto prescinde del sistema de riego, al utilizar plantas que no requieren suministro de agua con tanta periodicidad.
Se promueve la economía circular de la materia al reinsertarse las bandejas plásticas desechadas por los comercios, y también se emplea la madera, material natural, renovable, reutilizable y reciclable de bajo gasto energético.
En el sustrato propuesto se pretende fomentar el cultivo masivo de suculentas y crasas, al ser especies de rápida y fácil reproducción, acompañadas de temperaturas cálidas viables en la región, que permiten su desarrollo de manera óptima.
En relación a las limitaciones para la aplicación de las “pieles verdes” se menciona la escasa difusión de los beneficios de este tipo de estrategias constructivas, y el requerimiento de especialización de la mano de obra, para la fabricación y montaje, en especial sobre el manejo de las especies vegetales.
No obstante, se destaca que la propuesta de un prototipo adecuado para la región tiene el fin de sentar las bases para lograr un mayor involucramiento social con la temática.
Se prevé implementar el prototipo en obras de la ciudad de Resistencia para verificar el desempeño del sistema en contextos reales.