En Indiana, la caja de refugio para bebés parecía el buzón donde se depositaban los libros de la biblioteca. Llevaba tres años a disposición de cualquiera que pretendiera dejar un bebé y permanecer en el anonimato.
Nadie la había usado sino hasta comienzos de abril. Sonó la alarma, Victor Andres, abrió el buzón y encontró con gran sorpresa, a un bebé recién nacido envuelto entre toallas de baño.
El descubrimiento llegó a los noticieros locales, quienes alabaron el valor de la madre diciendo que era “una ocasión para celebrar”. Más tarde ese mes, Andres encontró a una recién nacida en la caja. En mayo, apareció otro bebé. Ya en el verano, habían dejado a tres niños más en buzones para bebés en todo el estado.
Los buzones para bebés forman parte del movimiento de los refugios seguros, que desde hace tiempo está estrechamente vinculado con el activismo antiabortista. Los refugios seguros ofrecen a las madres desesperadas una forma de dar en adopción a sus recién nacidos bajo el anonimato y, según sus defensores, evitar que se les haga daño a los bebés, se les abandone o incluso se les mate. Los refugios pueden ser buzones que permiten a los padres evitar hablar con alguien o incluso ser vistos cuando entregan a sus bebés. Los refugios más tradicionales son lugares como hospitales y estaciones de bomberos, donde los miembros del personal están capacitados para aceptar la entrega en persona de un padre o madre en crisis.
Los 50 estados cuentan con leyes de refugio destinadas a proteger de cargos penales a las madres que entregan a sus hijos. La primera, conocida como la ley del “bebé Moisés”, se aprobó en Texas en 1999 después de que varias mujeres abandonaran a sus hijos en botes o contenedores de basura. Pero lo que comenzó como una forma de prevenir los casos más extremos de maltrato infantil se ha convertido en un fenómeno más amplio, apoyado sobre todo por la derecha religiosa, que promueve con ahínco la adopción como alternativa al aborto.
En los últimos cinco años, más de 12 estados han aprobado leyes que permiten los buzones para bebés o que amplían las opciones de refugio seguro de otras maneras. Además, los expertos en salud reproductiva y bienestar infantil afirman que es probable que la entrega de bebés en refugios seguros sea cada vez más frecuente tras la decisión de la Corte Suprema de anular el fallo del caso Roe contra Wade.
Durante los argumentos orales en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization, la jueza Amy Coney Barrett sugirió que las leyes de refugio seguro ofrecían una alternativa al aborto ya que permitían a las mujeres evitar “las cargas de la crianza”. En la decisión de la Corte, el juez Samuel Alito citó las leyes de refugio seguro como un “desarrollo moderno” que, en opinión de la mayoría, obviaba la necesidad del derecho al aborto.
Sin embargo, para muchos expertos en adopción y salud femenina, los refugios seguros no son una panacea.
Para ellos, dejar a un bebé en un refugio seguro es señal de que una mujer ha quedado en la periferia de los sistemas existentes. Es posible que haya ocultado su embarazo y haya dado a luz sin atención prenatal, o que sufra violencia doméstica, adicción a las drogas, falta de hogar o una enfermedad mental.
Las propias adopciones también pueden ser problemáticas, ya que las mujeres podrían no ser conscientes de que están poniendo fin a la patria potestad y los niños se quedan con poca información sobre sus orígenes.
Si un progenitor recurre a un refugio seguro, “ha habido una crisis, y el sistema ya ha fallado de alguna manera”, dijo Ryan Hanlon, presidente del Consejo Nacional para la Adopción.
Impulsando el movimiento
Las entregas de refugios seguros siguen siendo escasas. La Alianza Nacional de Refugios Seguros calcula que en 2021 se produjeron 115 entregas legales. En los últimos años, se han concretado más de 100.000 adopciones al año en el país y más de 600.000 abortos. Los estudios demuestran que la gran mayoría de las mujeres a las que se les niega el aborto no están interesadas en la adopción y siguen criando a sus hijos.
Pero el movimiento de los refugios seguros ha cobrado mucha más importancia, en parte gracias al impulso de una activista carismática con raíces en el activismo antiabortista, Monica Kelsey, fundadora de Safe Haven Baby Boxes.
Desde que Kelsey y sus aliados empezaron a ejercer presión en todo el país, estados como Indiana, Iowa y Virginia han tratado de hacer que la entrega de bebés en un refugio seguro sea más fácil, rápida y anónima, a fin de que se puedan dejar bebés de más edad o que los padres que renuncian a ellos se vayan del lugar sin hablar con otro adulto ni compartir su historial médico.
A algunas de las personas que trabajan con niños de estos refugios seguros les preocupan los buzones para bebés en particular. Ahora hay más de 100 en todo el país.
“¿Se está entregando a este bebé sin coacción?”, se pregunta Micah Orliss, director de la Clínica de Entrega Segura del Hospital Infantil de Los Ángeles. “¿Se trata de un padre o madre que está en una mala situación y podría beneficiarse de algo de tiempo y reflexión en una experiencia de entrega segura para tomar su decisión?”.
Para utilizar uno de los buzones de Kelsey, los padres abren un cajón metálico y ven un moisés de hospital con temperatura controlada. Una vez que el bebé está dentro y se cierra el cajón, se bloquea automáticamente; el padre no puede volver a abrirlo. Se activa una alarma y el personal del centro tiene acceso al moisés. El buzón también envía una llamada al 911. Veintiún bebés han sido dejados en los buzones desde 2017, y la media de tiempo que un niño está dentro de la caja es de menos de dos minutos, afirmó Kelsey.
Ella ha recaudado dinero para colocar decenas de vallas publicitarias que anuncian la opción de refugio seguro. Los anuncios muestran una foto de un apuesto bombero cargando a un recién nacido, y el número de teléfono de emergencia de Safe Haven Baby Box.
Kelsey comentó que estaba en contacto con legisladores de todo el país que querían llevar las cajas a sus regiones, y predijo que en cinco años sus cajas estarían en los 50 estados. “Todos estamos de acuerdo en que a un bebé deberían dejarlo en mi caja y no en un basurero para que muera”, afirmó.
Debido al anonimato, hay poca información sobre los padres que utilizan los refugios seguros. Pero Orliss, de la clínica de refugios seguros de Los Ángeles, realiza evaluaciones psicológicas y de desarrollo a unos 15 bebés de este tipo cada año, y a menudo les hace un seguimiento hasta la edad adulta. Su investigación revela que más de la mitad de los niños tienen problemas de salud o de desarrollo, a menudo derivados de una atención prenatal inadecuada. En California, a diferencia de Indiana, la entrega de un niño en un refugio seguro debe hacerse cara a cara, y los padres reciben un cuestionario opcional sobre el historial médico, que a menudo revela problemas graves, como el consumo de drogas.
Aun así, a muchos niños les va bien. Tessa Higgs, de 37 años, directora de mercadotecnia en el sur de Indiana, adoptó a su hija de 3 años, Nola, después de que la niña fuera dejada en un refugio seguro apenas unas horas después de haber nacido. Higgs dijo que la madre biológica había llamado a la línea telefónica de Safe Haven Baby Box tras ver uno de los carteles publicitarios del grupo.
“Desde el primer día ella ha sido tan sana y feliz y ha florecido y superado con creces todos los hitos de desarrollo”, comentó Higgs sobre Nola. “Para nosotros es perfecta”.
Áreas grises legales
Para algunas mujeres que buscan ayuda, el primer punto de contacto es la línea de emergencia de Safe Haven Baby Box.
Esta línea y otra administrada por la Alianza Nacional de Refugios Seguros les dicen a las personas que llaman dónde y cómo pueden entregar legalmente a los niños, y también les dan información sobre el proceso de adopción tradicional.
Los grupos de refugio seguro dicen que informan a las personas que llaman que las entregas anónimas son el último recurso, y dan información sobre qué pueden hacer para quedarse con sus bebés, incluyendo maneras de conseguir pañales, dinero para el alquiler y cuidado temporal de los niños.
“Cuando a una mujer se le dan opciones, elegirá lo que es mejor para ella”, sostuvo Kelsey. “Y si eso significa que en su momento de crisis elige un buzón para bebés, todos deberíamos apoyarla en su decisión”.
Pero en la línea de atención telefónica de Kelsey no se esclarecen los plazos legales para reunirse con el bebé a menos que las personas que llaman los pidan, indicó.
En Indiana, donde se encuentra la mayor parte de los buzones de bebés, la ley estatal no especifica un plazo para poner fin a los derechos de los padres biológicos después de las entregas en un refugio seguro, o para la adopción. Pero según Don VanDerMoere, fiscal del condado de Owen, Indiana, que tiene experiencia con las leyes de abandono de bebés en el estado, las familias biológicas son libres de presentarse hasta que un tribunal ponga fin a la patria potestad, lo que puede ocurrir entre 45 y 60 días después de una entrega anónima.
Como estas renuncias son anónimas, suelen dar lugar a adopciones cerradas. Los padres biológicos no pueden seleccionar a los padres, y los adoptados se quedan con poca o ninguna información sobre su familia de origen o su historial médico.
Hanlon, del Consejo Nacional para la Adopción, señaló que las investigaciones demuestran que, a largo plazo, los padres biológicos se sienten más satisfechos de entregar a sus hijos si las familias biológicas y adoptivas mantienen una relación.
Y en los casos de refugios seguros, si una madre cambia de opinión, debe demostrar al Estado que es apta.
Según Kelsey, desde que se puso en marcha su operación, dos mujeres que dijeron haber colocado a sus bebés en buzones han intentado reclamar la custodia de sus hijos. Estos casos pueden tardar meses o incluso años en resolverse.
Las madres biológicas tampoco son inmunes a los riesgos legales y quizá no puedan sortear los tecnicismos de la ley de refugio de cada estado, señaló Lori Bruce, especialista en ética médica de la Universidad de Yale.
Mientras que muchos estados protegen del procesamiento penal a las madres que entregan a sus hijos si los bebés están sanos e ilesos, las madres que atraviesan una crisis grave —que se enfrentan a la adicción o al maltrato doméstico, por ejemplo— tal vez no estén protegidas si sus recién nacidos se ven afectados de algún modo.
La idea de que una madre puérpera y traumatizada pueda “buscar correctamente las leyes en Google es escasa”, dijo Bruce.
Con la anulación del fallo de Roe contra Wade, “sabemos que vamos a ver más bebés abandonados”, añadió. “Mi preocupación es que eso significa que más fiscales van a poder procesar a las mujeres por abandonar a sus hijos de forma no segura, o por no seguir la ley al pie de la letra”.