El intendente de Resistencia Gustavo Martínez, considerado el peor jefe comunal del país, dio a conocer cual es la nueva lucha que encarna la comuna para beneficio de la sociedad. No se trata del mejoramiento de calles, mejorar el servicio de recolección de basura, limpieza de la ciudad o más iluminación. Tampoco preocupa el tiempo de ejecución de las millonarias obras, donde vecinos de resistencia no pueden utilizar espacios públicos históricos. Mucho menos ordenar el tránsito. No, nada de eso. La preocupación es eliminar con los caños de escape irregulares.
Martínez, en sus redes sociales, hizo referencia que en los últimos meses se secuestraron 200 vehículos entre motos y autos, por presentar esta irregularidad. En tal sentido, destacó que 50 ya fueron destruidos.
Así lo contó el intendente en su cuenta de Twitter:
El último fin de semana, el área de control acústico ambiental registró 90 denuncias por ruidos molestos. En dos meses fueron secuestrados más de 200 motovehículos y automóviles por estar vinculados a la utilización de caños antirreglamentarios.
50 caños de escape que habían sido retenidos en los controles vehiculares, fueron compactados y destruidos. Cuando se secuestra un vehículo por esta contravención, el propietario es intimado a reemplazar el caño para garantizar que no volverá a tener un escape libre.
Esta situación genera molestias a vecinos y vecinas en toda la ciudad, por lo que además de intensificar los controles, apelamos a la conciencia de los usuarios de estos vehículos.
No se puede negar que estos caños de escape son un malestar para la sociedad, pero en una gestión carente de acciones en beneficio de los vecinos, es llamativo que se anuncie este accionar como un hecho épico, cuando solamente debe tomarse como algo habitual.