Relevamientos privados indicaron que el precio de los alimentos continuaron aumentando por encima del nivel general determinado, esto provoca un fuerte impacto en la economía doméstica principalmente en los sectores de menores recursos.
En este orden la consultora LCG en su relevamiento de precios, la última semana de octubre cerró con un incremento de 0,7%. Si bien se desaceleró en 1,2 p.p. con respecto a la semana previa, en total la inflación promedio del mes se ubicó en 7,9% mensual, “un comportamiento similar al observado en septiembre, amesetándose, pero en niveles altos”. Medido de “punta a punta”, el incremento fue del 7,2%.
Los rubros que más subieron en octubre fueron los “productos lácteos y huevos”, que treparon 12,4%; las “verduras” lo hicieron 11,3%, y “los productos de panificación, cereales y pastas”, 9,4%. En tanto, las frutas treparon 7,8% y las carnes, 5,4%.
“El porcentaje de productos con aumentos dentro de la canasta total fue del 18% en la última semana de octubre. Sin embargo, el promedio de las últimas cuatros semanas se mantiene en un 23% del total, lo cual significa que todos los productos de la canasta estarían registrando por lo menos un aumento de precio por mes”, remarcaron desde LCG.
En septiembre, los alimentos y bebidas treparon 6,7%, según el INDEC, y se ubicaron por encima del IPC (6,2%). Algo similar, en principio, ocurrió en octubre. Es que, por caso, desde EcoGo proyectaron que el rubro alimentos treparía 7,1% mensual, mientras que el nivel general subiría 6,5%.
Al hacer mención sobre los motivos que impulsaron los precios de algunos alimentos, Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, señaló: “Lo que está subiendo fuerte son los productos estacionales, sobre todo frutas y verduras. El mes pasado duplicaron la variación de precio respecto del resto de los alimentos. Y este mes viene igual, creciendo fuerte. La sequía está provocando pérdidas importantes en el campo y, además, debido a la suba de los fertilizantes y agroquímicos, hubo menor nivel de siembra por lo cual hay un menor nivel de cosecha”.
“Recordemos que también muchos de los alimentos que son procesados a nivel industrial dependen del precio de los commodities: por ejemplo, la harina depende del valor del trigo. Entonces, también hay aumentos de segunda instancia producto de este fenómeno. Es decir que, además de la inercia y la distorsión macroeconómica que tiene Argentina, encima el clima y el contexto no ayudan”, remarcó Di Pace.
Fuente: Ámbito.-