En los últimos meses, la basura es un tema que preocupa a gran parte de los habitantes de la capital chaqueña. Muestra de ello son los reiterados reclamos al Ejecutivo a cargo de Gustavo Martínez por los basurales en la vía pública, la ausencia del servicio de recolección en algunos barrios durante semanas y recientemente la denuncia de la oposición sobre presunta quema de basura a cielo abierto.
Cabe recordar que hubo un conflicto con la empresa PIMP, que tenía a cargo la recolección de residuos y atraviesa una situación judicial, y esa licitación llegó a su fin. Eso no tendría que afectar a los vecinos de Resistencia, pero la realidad es otra.
Pese a la problemática que ese tema puede dar a la Municipalidad, el servicio debe ser garantizado para el conjunto de los ciudadanos que viven a lo largo y ancho de la ciudad. El Ejecutivo cuenta con personal y debería tener todo en regla en materia de seguridad e higiene; lo mismo con los vehículos para dicha actividad, aunque se sabe que en algunos puntos de Resistencia se realizó durante el último tiempo con camiones que no son específicamente para recolectar y compactar basura.
A todo eso se suma ahora el inconveniente no menos importante de las frecuencias y horarios en los que los vecinos tienen que sacar sus residuos.
Lectores de este medio manifestaron recientemente que las jornadas en las que pasan los camiones cambian repentinamente, de un día para otro, donde los vehículos lo hacían al mediodía ahora lo hacen de noche o viceversa.
Tampoco se enteraron de un aviso oficial o información al respecto para evitar todos los problemas que acarrean las bolsas de basura acumulándose en las calles, veredas, basureros y contenedores.
Ahora los vecinos de Resistencia tienen otro desafío: resolver el acertijo de la recolección de residuos para que la capital chaqueña no se convierta en Ciudad Gótica.